Bienvenidos al Primer Comando (Parte 1)

5K 432 66
                                    

8 de marzo de 2022

Tessa

Tal y como había predicho, el resto de los días fueron extremadamente divertidos, al menos para mí. Ray se había convertido en Carter 2, a quien divertía molestar siempre que el otro estaba con su novia. Mi amigo y Kara se escapaban más que antes y creían que no me daba cuenta. En fin, la etapa del amor. Y, hablando de ese sentimiento en particular, Ray y yo fingíamos tontear delante de Alex, a petición mía, para enojarlo más. Funcionaba, de verdad que sí, y yo me carcajeaba por dentro, aunque también dolía. Me había jodido con su reclamo; yo era libre de hacer lo que quisiera, en especial, para el bien del refugio, pero, al parecer, no había sido bien recibido. Y se seguían sumando cosas a la lista. Yo le había dicho que hablaríamos luego y quizás lo había interpretado que yo daría el paso cuando estuviese lista, lo cual no era tan descabellado; pero, no lo haría. Si quería recuperarme, debería hacerlo por su propio mérito, tal y como me había dicho Kara hacía un par de noches. Tenía que ser una disculpa épica; no aceptaría menos.

Ahora estaba con ella en el dormitorio, revisando los últimos preparativos para la decisión final. Por un momento, me remonté a cuando había dado mi ingreso a la universidad. En ese entonces, no me habían pedido que atacara maniquíes con arco y flecha, y ahora tampoco tendría que resolver problemas matemáticos.

―Supongo que ya está todo. ―me dijo Kara.

Retorcí mis manos húmedas de sudor en mi regazo mientras ojeaba la hoja que me había dado.

Era la última de todos, ya que, al obtener mayor puntaje durante la semana, me evaluarían más intensamente. Quería protestar y decir que era bastante injusto, pero eso no diría nada bueno sobre mí, así que callé. No me entusiasmaba demasiado la idea de pelear luego de la comida, alguien con una mala digestión podría vomitarme encima y pasaría a ser un duelo personal que no acabaría nada bien. Sin embargo, mi amiga me aseguró que habría intervalos para poder descansar.

La puerta sonó con los tres toques habituales de Carter. Solía ir hasta allí para desayunar todos los días, sin excepciones, a menos cuando se quedaba dormido, y ahora iba acompañado de Ray.

―Buenos días, Tess ―me saludó con un abrazo―. ¿Cómo estás?

―Ardiendo de nervios, ¿y tú?

―Lo mismo.

Reímos con ganas y dejé que se acomodara en la silla junto a mí. Kara trajo más chocolate y charlamos animadamente hasta que fuimos interrumpidos por Alexander. Traía el ceño fruncido y su típica expresión de comandante sexy. Ray me dio un rodillazo leve por debajo de la mesa y me susurró que dejara de babear. Le pellizqué las costillas y oculté mi sonrisa bebiendo otro sorbo de aquel líquido de los dioses.

―Buenos días, comandante. ―dijo Ray informalmente.

El aludido inclinó la cabeza, pero no se dignó a contestarle.

―Soldados, espero que estén preparados, las pruebas comienzan en quince minutos y ustedes están comiendo galletas.

Procedimos a levantarnos. Realmente parecía molesto. Ninguno se había dado cuenta de lo mucho que nos habíamos tardado y de lo rápido que pasaban las horas. Sentía la mirada de Alex clavada en mi cuerpo mientras me movía ajetreada por la habitación, buscando mis botas y la chaqueta. Lamentaba muchísimo no haber dejado mis objetos al alcance la noche anterior. Había regresado tan cansada que me había dormido y no había estirado debidamente mis músculos. El dolor que sentía detrás de la rodilla me estaba matando.

Finalmente, encontré las botas y me las calcé a la velocidad de la luz. Ignoré completamente las risas burlonas de mis amigos y trotamos por el pasillo en dirección al ascensor.

1. La extraña ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora