Como parte de la preparación para el juicio, dos personas enviadas por la corte fueron a inspeccionar la casa de Dai, donde estaban sus hijos, Zeno-Sama y Seth cuidándolos.
Seth sabía que esas dos personas eran enviadas como parte de la demanda, pero no sabía exactamente cuál era la función que iban a desempeñar.
- como le decía - empezaron a hablar con él en la sala - nos gustaría poder hablar con absolutamente todos los niños y personas que estén en esta casa para hacerles unas cuantas preguntas y espero que colabore con nosotros...
- ¿preguntas de qué índole? - se acomodó las gafas para verlos bien.
- eso dependerá del transcurso de la entrevista.
- entiendo, esto tiene que ver con la tal Linda, ¿no?
- así es, por su demanda necesitamos venir a investigar de primera mano lo que ella nos dijo - le explicaron.
- claro, pero, ¿cómo puedo estar seguro de que la corte los ha enviado aquí? ¿traen algún documento?
- por supuesto - sacaron de un portafolio los papeles firmados por el juez y se los entregaron. Seth, al ver que eran auténticos, accedió a que hablaran con los niños.
Para no tener interrupciones ni distracciones, las entrevistas se llevaron a cabo en un cuarto donde no había nadie y a puerta cerrada.
- una cosa más - dijo Seth antes de que empezaran - ninguno de los niños tiene idea de la existencia de Linda, a lo mejor la han visto en alguna ocasión pero no la conocen por nombre, así que le pido de favor que omitan esa mención...
- como usted diga - asintieron. Uno de los investigadores se quedó merodeando por la casa en busca de cualquier cosa que fuera sospechosa o que pusiera en peligro a los niños incriminando a Dai, mientras que la otra, quien era una mujer, fue la que iba a llevar a cabo las entrevistas.
- mi abuelito dijo que quería hablar conmigo - Vados se acercó a la puerta del salón cargando como siempre a su cucaracha mascota.
- así es - la mujer la invitó a pasar y cerró la puerta - ¿qué es lo que traes ahí? - se extrañó.
- solo es Mauricia - se la mostró contenta - ¿quiere tocarla?
- eh, no gracias - se mantuvo lo más alejada posible de esa cucaracha - la razón por la que estás aquí es para que me respondas unas cuantas preguntas para poder llevar a cabo íntegramente el juicio de tu papá.
- ¿qué quiere decir? - se confundió un poco.
- dependiendo de las cosas que respondan aquí, tu papá saldrá libre o permanecerá preso, así que responde con la verdad...
- disculpe - la niña era bastante inteligente - pero puedo decir cosas muy buenas de él solo para que lo dejen libre y podré estar mintiendo...
- pues eso no es posible - dijo como si nada - yo tengo poderes... muy importantes.
- ¿cuáles?
- puedo detectar las mentiras... - empezó a contarle.
- ¿cómo lo hace?
- cuando los niños mienten, yo puedo ver claramente que sus dientes se ponen azules, aunque ellos no lo noten... - mintió, todo para que la niña fuera sincera en el interrogatorio.
- ¿de verdad? - se asombró.
- sí, ¿quieres una prueba? - sonrió.
- ¡sí! - sonrió esperando la pregunta.
- ¿cuál es tu nombre y cuantos años tienes? - sacó su libreta.
- Vados y tengo 7 años - respondió rápidamente.
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12 contra 1
FanfictionDaishinkan y la narración de su lucha contra el comportamiento de cada uno de sus hijos cuando eran unos niños