Meliza Sommers

Deliza

Meliza

-Gracias por lo que haces- me agradece Stefan cuando trato de ponerlo cómodo con magia haciendo la mazmorra más acogedor pero no por mucho tiempo ya que sigo débil.

-Lo siento, no dudara mucho- murmuro al toser.

-No te preocupes- mira el techo viendo el cielo- Es más de lo que merezco.

-No sigas diciendo eso-lo regaño.-No tuviste la culpa de hacer eso... fue hace tanto tiempo atrás.

-Me alegra que Damon encontrara a una chica como tú- comenta- Él se preocupa por ti, no lo había visto asi más que con Diane antes de convertirnos.

-No olvides que se preocupa por ti también- le recuerdo- Creo que mas bien yo soy la afortunada, Damon no es tan malo cuando quitas el hecho que es un vampiro con una coraza en su corazón de hace siglos. Pero aun asi...

-Le quieres.

-Si- confieso- Y sé que tú lo quieres más a pesar de todo, los hermanos son nuestro punto débil.

-Si.

-Stefan no debes seguir asi, se que harías de todo por Elena y tus hermanos... asi que por favor trata de alimentarte de nuevo-le pido.

Veo como cierra los ojos y es mi momento de subir no si antes cerrar bien, camino a una de las habitaciones arriba para poder descansar, me siento muy agotada cuando me apoyo de la pared al ver a Damon en su habitación.

-¿Qué tal tu asunto con Ric?-pregunto entrando.

-Inútil, por no decir desesperante- exclama con fastidio- Creo que lo vi tener un ataque emocional.

-Bueno, todos tenemos sentimientos- murmuro provocando que sonría levemente.

-¿Ya a comido algo?

Negué con la cabeza sabiendo que lo preguntaba por Stefan.

-No, pero Elena esta haciendo el intento, solo esperemos que lo logre- me siento en su cama.- Stefan me hablo de cómo fue su transición, ya sabes...-me mordí levemente la mejilla interior- pero no me dijo la tuya.

Veo su rostro ponerse serio y hace una mueca, el tema es delicado.

-Es complicado-dice acercándose a mi- Pero prometí ser honesto contigo- lo miro insistente- Pero te advierto, en esta historia veras a Stefan como el chico malo.

-¿Qué paso Damon?-se sienta a mi lado.

-Había pasado un dia desde nuestra supuesta muerte- relata mirándome a los ojos- Mis hermanos habían estado todo el dia fuera, mientras que yo me quede en aquel lugar que Emily nos llevó junto al rio. Cuando cayó la noche los vi aparecer con una chica. El rostro de Stefan no era el mismo- es hay que enlazo que fue la muerte de su padre- Me conto de sus proezas al alimentarse no oculto ningún detalle.

-Seguro que la transformación nublo su juicio y saco lo peor de el- intento analizar como me sentiría yo en su caso- ¿Qué paso con la chica?

-Un regalo- responde tratando de evitar la molestia en su voz- El insistió en que estaba débil y que debía alimentarme para que pudiéramos vivir juntos por siempre quería que sintiera el poder que ellos sentían...-hizo una pausa- Tenias razón, cuando el probo la sangre cambio por completo. Debería darle las gracias. Ha sido una gran aventura.

Hace una mueca sarcástica y tomo su mano para hacerle saber que no está solo.

-Tenía un poco de amargura, culpa- comento analizando todo- Pero en el fondo sabemos que no quería quedarse solo.

-Suena a lo mismos que dice Diane- refuta- Pero estaba demasiado débil como para decidir por mi mismo. Yo ya había tomado una decisión, pero ellos no la respetaron al tentarme.

Acaricio levemente su rostro y sonríe dulcemente por primera vez, me siento afortunada de verle asi.

-Es tu hermano y créeme- me acerco a el- Se lo que se siente que decidan por ti, pero tu también lo has hecho por él, no podemos simplemente engañarnos en algo del pasado cuando el presente es mejor.

Nos besamos con pasión, con necesidad... Había pasado tiempo desde que me había entregado a él y no podía evitar querer hacerlo otra vez, y parecía que el tampoco. El beso se extendió hasta que me separe por falta de aire aproveche para quitarme la camisa.

-Te quiero Damon y no me importa nada mas ahora- confieso segura de mis palabras y él se quita la camisa para atráeme a la cama y besarme de nuevo.

Me subo a la cama poniéndome encima del pero en un rápido movimiento nos cambia de posición, nos entregamos a la lujuria hasta que solos interrumpidos por la presencia de Elena.

-Meliza!- grita desde afuera de la habitación.-Damon!

Toca la puerta con desesperación y yo me aparto a regaña diente, escuchando su bufido molesto, me coloco mi camisa con rapidez antes de que abra.

-Más que valga la pena, cuñada- la mira Damon con una sonrisa de pocos amigos.

-Stefan- murmura ahogada- Desaparición.