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– Dime algo Mónica– la mira– ¿por qué quisiste traerme contigo? ¿por qué no dejaste que me pudriera en la cárcel como realmente me merezco?

– Bueno...Esta es la cuestión– respira profundo– No puedo permitir que te encierren. Me da igual si lo mereces o no, pero esos pendejos si merecían todo lo que les hiciste y más. Además, después de todo eres...m-mi madre ¿no?– dice con algo de dificultad.

– Claro...Pero de todas maneras, cuando mejore un poco más me voy a ir de aquí. No quiero ser un estorbo entre tu y Saúl. Quiero que seas feliz.

– Imposible que sea feliz ahora Altagracia. No se siente bien no tener a tus padres cerca, tu deberías saberlo mejor que nadie.

– Lo sé...– piensa un segundo en silencio– Quizás pueda hacer el intento de quedarme, pero no me pidas que esté cerca de Saúl, por favor. 

– ¿Todavía lo amas?– pregunta de una vez.

– Si– dice en seco– Pero no te preocupes, no planeo meterme entre ustedes. Yo quiero que tu seas feliz, por eso prefiero irme y dejarte ser feliz.

Mónica mira a su madre sin saber que hacer. La quería cerca pero también lejos de Saúl. No sabía como hacer que realmente las cosas funcionaran entre ellas. Toma una postura firme frente a ella y decide hablarle sin sentimentalismos.

– Altagracia, si te vas espero que sea para que no te encuentren, no para alejarte de mi y "permitirme ser feliz"– dice haciendo comillas con los dedos– Pero quiero que sepas que si te alejas de mí perderás cualquier oportunidad de intentar siquiera ser parte de mi vida. Esta es el último chance que te doy.

– Mon...

La pequeña Sandoval se retira de la habitación y deja a la doña sola sin tener tiempo de responderle algo. Si ella quería jugar, su hija también podía hacerlo. No obstante, Altagracia no pretendía jugar con ella ni con sus sentimientos, solo no sabía como ser madre. De lo único que estaba segura era de que la amaba más que a nadie en este mundo y que estaba dispuesta a todo por hacerla feliz, y si alejarse de ella para siempre era necesario para lograrlo, con el dolor de su corazón estaba dispuesta a hacerlo.

Pasaban ya de las 2 de la madrugada y Altagracia yacía dormida en su cama. De pronto, la doña despierta al sentir el roce de una mano en su brazo. Abre los ojos y lo ve ahí, en el borde de la cama con esos ojos marrones que por un tiempo la hicieron sentir en casa y la piel de su pecho completamente expuesta.

– ¿Qué haces aquí Saúl?– pregunta sentándose sobre la cama de golpe.

– Discúlpame Altagracia, quería saber cómo te encontrabas.

– Bueno, como ves estoy bien, y no era necesario tocarme para comprobarlo– dice fríamente.

– Lo sé, lo siento– con sus ojos recorre el cuello de la doña hasta llegar a sus labios.

– Saúl, ya vete, no quiero que Mónica venga y te encuentre aquí.

– Mónica está dormida, no va a venir...

– Bueno, pero igual te quiero lejos Saúl. 

– Altagracia, ya– se acerca a ella– No me alejes más de ti– toca su pierna que estaba levemente descubierta por la sábana– No te imaginas lo horrible que se sintió creer que te perdía para siempre otra vez...

La doña no es capaz de responderle una sola palabra al hombre que había hecho trizas su corazón. Se queda congelada observando como el lentamente acercaba sus labios a su rodilla dándole un ligero beso.

– Saúl...– dice apenas. 

El descubre su cuerpo por completo de la ropa de cama y continúa con un par de besos más en su pierna izquierda para luego subir a la piel descubierta de su pecho. Una vez ahí deposita algunos delicados besos. Se separa un poco de ella y termina por acercándose a su boca para devorarla con devoción. Ella le abre paso a su boca permitiéndole unir su lengua a la de ella. El dolor de su cuerpo a causa del accidente que ella misma se había provocado se volvió inexistente a causa de la satisfacción que sentía por tener a su licenciadito nuevamente sobre ella acariciando cada curva de su cuerpo. Pero el nombre de su hija no dejaba de resonar dentro de su cabeza, se sentía horrible al pensar en lo que le estaba haciendo. Inmediatamente lo empuja para separarlo de su cuerpo.

Tu ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora