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– ¿Qué tienes pensado?– le pregunta a su abogado.

– Pretendo hablar con Vidal para pedirle cooperación en esto. Vamos a ir a juicio y quiero que mientras eso suceda tu puedas quedarte en un lugar más cómodo.

– ¿Arraigo domiciliario?

– Si, es todo lo que podemos conseguir por ahora.

– ¿Cuándo hablarás con Vidal?

– Hoy mismo, te dejo en tu celda y luego hablo con él y vuelvo para contarte que me dice.

– Está bien. Confío en ti Roldán– lo mira– Necesito salir de aquí cuanto antes y recuperar mi vida.

– Lo sé, Altagracia. Haré todo lo que esté en mis manos para lograrlo.

Luego de esa conversación, el policía vuelve a llevar a la doña a su celda mientras el nuevo abogado de la rubia se encargaba de pedir los beneficios necesarios para ella.

Sube a la azotea con Vidal y comienzan a conversar sobre su caso.

– Vidal, necesito que me ayudes con esto. La señora Sandoval no es una mujer de este mundo, no pueden tenerla aquí encerrada en ese estado.

– ¿Y qué quieres que yo haga Roldán?

– Quiero que me ayudes a retrasar su traslado a la cárcel. Queremos un juicio justo y arraigo domiciliario para ella.

– Roldán, esto les va a salir muy caro. No es fácil darle tantos beneficios a una persona que está acusada de tantos crímenes.

– ¿Cuánto pides?

– 5 millones.

– ¿Qué?

– 5 millones o nada.

– A ver ¿No te parece que estás forzando las cosas Vidal? 5 millones de pesos es demasiado.

– Es lo justo para retrasar su traslado al reclusorio. Además, la doña está en todos los medios y todo el mundo la anda checando hasta con lupa ¿Quién le manda a volverse tan famosa?

 Además, la doña está en todos los medios y todo el mundo la anda checando hasta con lupa ¿Quién le manda a volverse tan famosa?

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– 6 millones Vidal– dice finalmente– en efectivo y tú palabra. Altagracia no pone un pie en la cárcel hasta que me concedan el arresto domiciliario.

– Es un trato– ríe– Tienes mi palabra.

– Ok, déjame ir a hablar con ella ahora y te pongo al día con todo.

– Ve, pero cuidado con exponerme demás.

Roldán lo mira y luego sale del lugar para poder visitar nuevamente a la doña. Altagracia se encontraba en su celda inquieta ante la espera de su abogado. Apenas lo ve entrar se pone de pie para recibirlo.

– Está casi listo para evitar tu traslado al penal mientras esperamos el juicio. Le pediré al juez la autorización para darte arresto domiciliario.

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