Tu Obsesión

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– Pero tu no quieres solo que te ayude con el dinero ¿Verdad? ¿Qué es lo que quieres realmente, Altagracia?

– Quiero que me ayudes a sacar a Matamoros del reclusorio– traga saliva–  Además de pagar cada soborno, cada prueba que se modifique a mi favor, todo lo que necesite para ser libre otra vez.

– ¿Y Matamoros es?– pregunta con curiosidad.

– Mi guardaespaldas...y mi amigo.

– ¿Y qué gano yo si te ayudo con todo ésto?

– Tendrás mi experiencia, mis contactos, todo lo que ayude a la constructora a crecer, y todo lo que me pidas....

– ¿Todo lo que te pida?– pregunta con una sonrisa.

– Si...

– ¿Y cómo se que no me la querrás quitar luego?

– No voy a molestarte más con eso, Navarrete. Solo...ayúdame.

José Luis se acerca otra vez a ella haciéndola temblar levemente mientras la rubia lo mira aproximarse. Su mirada baja hasta sus labios apenas haciéndoselo notar al empresario.

– Eso espero Altagracia, porque no quiero tener que tratarte como al resto de los que me han traicionado– se aleja unos centímetros otra vez.

– No te preocupes, no haré nada para traicionarte. Aunque no me guste esto, me estás ayudando y te lo debo.

– Espero que así sea.

– Soy una mujer de palabra, Navarrete.

Y nuevamente se acerca a su cuello para hablarle al oído sin siquiera imaginar todo lo que le sucedía a la rubia por dentro cada vez que hacía eso.

– ¿Trabajarás conmigo?– dice en un susurro.

– Si, Navarrete– dice en el mismo tono.

– Entonces te quiero siempre a mi lado, demostrándome toda tu experiencia– roza levemente su piel con la de su rostro– Me vas a demostrar de qué está hecha Altagracia Sandoval. Y buscarás luego la manera de pagarme todo este favor. Yo sé que encontrarás la forma...