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– ¿Hacer qué?

Ante la pregunta de la esposa del empresario, Altagracia solo atina a crear una excusa rápida y absurda.

– A...sacarme una pestaña del ojo...

Se sintió estúpida al inventar eso, pero más estúpida se sentía Eleonora al ver que la creían tan ingenua.

– Pero ya salió...– dice José Luis siguiendo la corriente.

– Ya...– dice la mujer de Navarrete– ¿Ya desocuparon la sala? En unos minutos tengo el taller.

– Si, claro– dice Altagracia tomando sus cosas.

– Permiso...– Regina toca la puerta antes abierta– Me dijeron que podía encontrar a mi hermana aquí.

La aparición oportuna de la menor de las hermanas Sandoval parecía ser la salvación perfecta para la doña en ese momento.

– Regina– se acerca y le da un beso– Vente, vamos a mi oficina.

– ¿No presentas a tu familia, Altagracia?– dice Eleonora evitando que se escapara de ahí.

Altagracia mira a Regina y luego a José Luis.

– Eleonora– finge una sonrisa– Ella es Regina, mi hermana menor. Regina– la mira– ella es Eleonora, la esposa de José Luis.

– Un gusto– dice Regina notando la incomodidad en el ambiente.

– Igualmente– dice Eleonora con una sonrisa– Deberías ir también esta noche.

– ¿Adónde?– pregunta Regina.

– Tenemos una cena esta noche– responde José Luis– En mi casa. Quizás Altagracia debería contarte bien el motivo de esta cena antes de ir, pero estaría bueno que nos acompañaras. Así...– mira a la doña– me ayudarías a conocerla y entenderla mejor.

– Uy eso está difícil– dice la hermana de la rubia con algo de gracia– Altagracia es todo un caso, pero en el fondo...

– Si va a ir, no se preocupen.– dice la empresaria evitando que su hermana abra más la boca– Nos vemos esta noche entonces– finge nuevamente una sonrisa.

Toma a Regina del brazo y sale lo más rápido posible del lugar.

– ¿Qué estaba pasando ahí?– pregunta mientras caminan.

– Vas a tener que acompañarme a esa cena ridícula que organizó Eleonora.

Llegan a la oficina y Altagracia tira su bolsa y la carpeta sobre el escritorio.

– Pero a ver, Altagracia ¿De qué se trata esa cena? ¿En qué problema te metiste ahora?– cruza los brazos.

– Ahora todos dicen que me meto en problemas–  rueda los ojos mientras se afirma de espaldas al escritorio.

– Porque siempre lo haces, Altagracia. Pero ya, cuéntame– se sienta en el sofá y la doña la sigue con la mirada.

– Vamos a cenar juntos para "conocernos"– hace comillas con sus dedos.

– Pero si ustedes dos ya se conocen y bastante bien– ríe.

– Pero Mónica y Lucho no. Ni tampoco nos conocen bien a nosotros.

– ¿Quién es Lucho?

– El hijo de José Luis.

– Altagracia, no estoy entendido ¿Por qué necesitan conocerse?

– El nuevo socio de la constructora cree que Mónica, Lucho, José Luis y yo somos una familia. Y no hagas más preguntas.

– ¡¿Qué?!– ríe– Altagracia, tu realmente estás metida hasta el fondo en problemas. ¿Y la mujer de José Luis los está ayudando?

Tu ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora