Altagracia finalmente suelta ligeramente a José Luis y lo mira a los ojos para que pueda contarle lo que estaba ocurriendo.
– ¿Me quieres contar que pasó?– dice con una voz suave.
– ¿Estuviste bebiendo?– dice el empresario al sentir el aliento a alcohol.
– Solo un poco...Pero cuéntame– le toma la mano y se sienta.
José Luis la imita y se sienta a su lado sin soltar su mano.
– Lo que sucedió fue que llegué a la casa y la música estaba bien alta. Entonces subí al cuarto de Lucho, porque de ahí veía la música y lo encontré todo raro. Estaba como ebrio...– dice algo confundido– Hablaba idioteces y entonces, obviamente lo regañé, no me va a hacer wey.
– Entiendo...
– Se puso bien grosero y yo le di una cachetada, te juro que fue a mano abierta. Después salió corriendo hecho furia y donde andaba mareado, pos ya ves, se cayó por las escaleras.
– ¿Y estás seguro que era solo alcohol?
– Claro, mujer ¿Qué más va a ser?– suspira– Aunque igual creo que tengo que ponerle más ojo a mi hijo. No sé que clase de juntas esté teniendo y eso de llevarlo a la constructora para hacerlo madurar no me está funcionando mucho.
– ¿Y tu mujer? ¿No lo vigila?
– No sé, no...– duda antes de continuar– no hablo de esos temas con ella.
– Bueno, pero esos "temas" son importantes. Es su hijo y su bienestar el que está en juego. Al menos sabe que está aquí ¿no?
– Si, ya viene viajando de vuelta.
– Me parece bien– le sonríe levemente y acaricia su mejilla.
– Altagracia– le toma la mano con la que rozaba su rostro– gracias por estar aquí. No tenías que haberte molestado, no es parte de tu trabajo ni nada por el estilo.
– Yo sé, yo sé, pero de seguro, si algo le hubiese pasado a Mónica tú estarías apoyándome– le sonríe.
– Claramente estaría contigo– le sonríe de vuelta.
– Tu tranquilo, que yo me quedo contigo hasta que llegue tu esposa.
– Gracias– sonríe.
Ahora es el quien roza delicadamente la mejilla de la doña con sus dedos. Parecía que intentaba acariciar a la más frágil flor con ellos, y sus oscuros ojos brillaban con tan solo verla. Estaba hipnotizado por sus ojos aún cuando no la tenía cerca para mirarlos. Altagracia era una obsesión para cualquier hombre y José Luis no se libraba de ello.
– ¿Estabas ocupada cuando llamé?– pregunta en un tono suave.
– No, no– miente– Al menos no hacía nada importante.
– ¿Segura?
– Segura– aprieta su mano.
Al cabo de un par de horas de espera, Altagracia recibe una llamada. Toma su teléfono y ve que es Mónica.
– Dame un minuto– dice poniéndose de pie.
Se aleja un poco del empresario y contesta.
– Mónica.
– ¿Mamá dónde estás? Acabo de llegar.
– En el hospital.
– ¡¿Te sucedió algo?!– pregunta preocupada.
– No, no hija, a mí no me pasó nada. No te preocupes– intenta calmarla– Es José Luis. Su hijo tuvo un accidente y el está solo. Solo vine a acompañarlo.
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Tu Obsesión
FanfictionLa distinguida Altagracia Sandoval es perseguida por la policía de México por haber asesinado a 5 hombres a sangre fría. Luego de ver como su hija se casaba con el hombre que ella amaba, decide huir y se lanza al mar esperando acabar así con su vid...