59

1.1K 95 88
                                    

Ahí estaba la doña, queriendo salir arrancando de esa situación y necesitando el apoyo de Navarrete.

– Vamos, Altagracia, no me hagas rogarte– insiste el alemán.

Ella mira a Lucho y respira hondo.

– Está bien, Hans. Vamos a tu hacienda este fin de semana.

¿Qué acababa de hacer? Ni ella sabía lo que estaba haciendo, pero su único pensamiento en ese momento fue que debía complacer a Zimmerman para no levantar más sospechas en el.

– ¡Se me hace maravilloso!– celebra– Ya verás que lo pasaremos increíble.

– Claro...

– Bueno– dice Lucho– Pues, yo voy a trabajar ahorita– le da la mano al alemán– Fue un gusto conocerlo.

– Igualmente, muchacho.

– Nos vemos– le dice a Altagracia.

El hijo de Navarrete sale de la oficina y lo primero que hace es ir a la de su papá para buscar respuestas.

Saluda a la secretaria de José Luis y luego de preguntarle si estaba el empresario, entra en la oficina.

– Hola, pa– camina hacia su escritorio.

– Hola, Lucho– le da una mirada rápida y continúa enfocado en la laptop.

– ¿Estás bien?– se sienta– Te veo como raro.

– Si, no es nada. Solo tuve un problema con tu mamá en la casa.

– Estaba enojada cuando me vine. Dice que no dormiste allá.

José Luis lo mira.

– N-no.

– ¿Estabas con Altagracia?– dispara de una vez.

– ¿Qué?– lo mira y ríe– Claro que no.

– Ah...Oye, pa.

– ¿Mm?– continúa trabajando.

– Quizás Altagracia necesite algo de ayuda.

El empresario vuelve a mirarlo.

– ¿Por qué? ¿Ayuda con qué?

– Dirás, con quién. Hay un tipo en su oficina que dice que es socio de la empresa y habla unas cosas bien raras que luego me encantaría que me explicaran.

– ¿Qué cosas?

– Pues dice que tengo una "hermana"– hace comillas con los dedos– y que somos una familia. Habla de Altagracia como si fuera mi mamá– dice con una expresión de confusión en el rostro– También dice que quiere conocer nuestro ambiente familiar ¿Me podrías explicar qué sucede?

– ¡Chingue su madre!– se pone de pie– Luego te explico hijo– dice mientras camina hacia la puerta– Ya vengo.

– Pues...toca esperar– dice cuando ya su papá desaparece de la oficina.

José Luis camina rápidamente al lugar de trabajo de la doña y al entrar la encuentra conversando con Hans.

Aparece por la puerta y Altagracia siente un gran alivio.

– Zimmerman– se acerca– ¿Cómo estás?– se posiciona de pie al lado de la rubia.

– Bien– sonríe– Le estaba comentando a Altagracia lo mucho que se parece tu hijo a ti.

– Ah, si– aprieta con delicadeza el hombro de Altagracia– Tenemos algo de parecido.

– José Luis– la empresaria lo mira– Este fin de semana iremos a quedarnos en la hacienda de Hans.

Tu ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora