Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2

|¿Quien es SaYeen?|

El timbre de las tres de la tarde resonó por todo el edificio, los gritos y bufidos acompañados de los pasos marcados de los alumnos. Ellas, como siempre, iban entre juegos por intentar no tirar un globo de agua al suelo, Mariam iba detrás conversando con Félix sobre la nueva película que se estrenaría ese mismo sábado. La madura iba con el maduro mientras las tres desordenadas jugaban aun cuando los inspectores tenían sus ojos sobre ellas.

–¿Qué clase tienen ahora? –preguntó la, en ese entonces, de mechas verdes.

–Química con el profesor Oh, ¿Ustedes? –Sae volteó a ver a sus amigas.

–Matemáticas –respondió Sun por Kim y ella.

–Yo tengo clase de deportes, ¿Nos vemos más tarde en el comedor?

Todos asintieron y confirmaron con bullicio, más una estuvo en silencio y con sus manos jugando entre sí, sus mejillas aumentando en colores y una sonrisa boba en sus labios. La chica que había capado, por primera vez su atención, estaba paseándose en los pasillos.

Aquel vestid gris sobre la camiseta blanca, acentuado a su delicada y fina figura, sus cabellos divididos en rosa pastel y negro, un flequillo donde la división se veía a partir de la esquina derecha y por debajo, su maquillaje parecido a aquellas chicas que hacían cosplay, su nariz con rubor rosa y puntitos dibujados con lápiz para bordear los labios, sus ojos pintados con una sombra rosa pálido, un delineado grueso y sus largas pestañas, y sus labios, oh sus labios, rosa mate con un bordeado difuminado. Esa era la misma perdición de HyunSang.

Alzó su mano, saludando tímidamente a la muchacha que devolvió el saludo con una resplandeciente sonrisa. Las mejillas de Sanie subieron aún más de color cuando la chica guiñó en su dirección.

–Y... La perdimos –el comentario de Félix la sacó de su mundo, escuchando entonces a sus amigos reír, viendo a su amiga abandonarla en el pasillo junto a los demás para irse a clases.

Corrió detrás de ella, abrazándola por la espalda y besando su mejilla mientras ambas caminaban de forma graciosa.

–De verdad siento que estoy rodeada por lesbianas –comentó Félix, recibiendo una mirada asustada de Sae– Menos tú, babas.

–No lo niego. –la voz de Mariam se hizo escuchar, siendo interrumpida por Kim.

–¡Era un secreto, estúpido! –el tono chillón de Kim hizo reír a sus amigas, viéndolos correr por los pasillos.

Y entonces Sun se dio cuenta que el juego del "experimento" había llegado a su fin, su amiga de verdad se había enamorado de la chica que había llegado ese año, la misma que era una ternura, una chica que realmente deseaba que hiciera feliz a su amiga. Era momento de acabar con el tonto juego.

(...)

Tomó con ambas manos la rosa de color rosa, soltando un suspiro y abriendo el casillero, dejó la rosa y la barra de chocolate, la carta y una caja que ella misma se había esmerado en decorar, asintiendo para sí misa cuando estuvo conforme con cómo había quedado todo dentro de ese espacio pequeño pero ordenado, el aroma dulce de las bayas se había impregnado a su nariz ni bien abrió el casillero, encontrándose con la chaqueta rosa que siempre llevaba la muchacha, y no pudo evitar no olerla.

Pero el aroma se hizo más fuerte, y supo que su plan mega secreto iba a fallar si no salía de ahí. Pese a que su principal intención era escuchar más cerca la dulce voz de la chica, huyó.

Corrió, dejando semi cerrado el casillero, corriendo de ahí antes de que la chica de lindos ojos miel llegara a ella y la encontrara, escondiéndose en la sala abandonada, retomando el aire de sus pulmones.