|Mark vs SunHee|

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"...La mujer vestida de azul sostiene su mano, suplicando con la mirada un poco de calma y fortaleza en la chica que sollozaba en la camilla..."

Miraba por la ventana de su habitación, jugando con el chocolate caliente en sus manos, riendo bajo cuando escuchó de nuevo la voz de su amiga por el video que se reproducía de fondo. Uno antiguo, aquel recuerdo guardado de cuando estaban en tercer año de secundaria, cuando la rivalidad entre ella y el amor de su vida era casi que una guerra sin fin. O bueno, lo era, prácticamente.

"–¡Vamos, vamos! Chan nos espera para su presentación"

Su amiga se oía tan chillona en ese entonces que aún le causa risa cómo hablaba y cómo su voz de chillidos pasó a ser una dulce melodía. Vuelve a tomar asiento en el sofá cama que estaba frente a la pantalla, acurrucándose y llevando sus manos a su vientre para continuar viendo el video.

(...)

El día más caluroso de ese año parecía ser ese mismo día, el sol quemaba por montones y sentía su garganta seca en cada palabra que salía de su boca, sed era todo lo que tenía, el hambre y el sueño que se cargaba pasaban a segundo plano. Porque sí, estaba agotadísima; había pasado la noche anterior, junto a sus amigas, terminando de ayudar al grupo de costureras a terminar los trajes de sus amigos para el show de esa tarde, la presentación estaba a solo unas horas y todo por su culpa.

Y no crean que se odiaba por haber creado aquello, contrario, estaba gozándolo.

Los pongo al corriente. Hace una semana, nuevamente, Mark y Sun estaban discutiendo en el comedor, Mark burlándose de su presentación del baile que le había tocado interpretar para la clase de danza a la que la chica asistía con sus amigas, y ella burlándose de sus flojos movimientos en el juego de la noche anterior.

–¡Puedo apostar a que eres más tieso* que yo al bailar! –gritó, y como no, todo el comedor hizo bulla.

–¿Eso crees? ¡Podemos comprobarlo con simples presentaciones si eso es lo que quieres!

–¡Tu pon el día y la hora y te partiré esas nalgas flácidas! –y más bulla se hizo escuchar por toda la zona, Mark sintiendo sus mejillas asomar en colores.

–¡El jueves de la otra semana te espero en el teatro a las seis! y más te vale que sea un show con clase o de verdad serás el hazme reír del año.

–Bie- –y cuando iba a contestar, Bang se interpuso entre ambos.

–Yo competiré por ella –alzó su mano, y Mark sonrió con suficiencia.

–¿Esto va con novios? Creo no haber mencionado tu nombre, pequeña pelusa.

–¡A Bang lo dejas, maldita perra! –y Mark de verdad puso una mano en su pecho, ofendido.

–Hey, hey –pero el pelinegro de linda sonrisa se interpuso entre ambos– Está bien –dijo a su menor, volviendo la vista al chico que estaba sonriéndole con burla– Y no, no me nombraste, pero sé que puedo partirte el culo y me gustaría tapar tu boca sucia que tanta mierda suelta, ¿O qué? ¿Le temes a esta "pelusa"? –provocando, abre sus brazos después de golpear suave su pecho.

La bulla provocó que Mark aceptara entre gritos, bajándose de la mesa y, siendo seguido por sus amigos, sale de ahí. Era realmente molesto escuchar a esa chica, verle todo el tiempo alteraba su palpito y eso no le gustaba, es más, verle junto al nuevo chico de intercambio era un verdadero dolor de cabeza. Aquella pelusa negra le estaba quitando a su mejor amiga, o bueno, ex mejor amiga. Suspiró y pasó una mano por su cabello, sintiendo una mano rodearle el cuello, Yuta estaba a su lado.

–¿Te sientes bien? –pregunta el chico de cabellos castaños– Te veo mal.

–Sí, me siento bien –suspira, claro que no, pero no iba a confesar todo lo que su corazón sentía con cada vista rápida a la muchacha de, ahora, mechas turquesas.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora