Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2

Capítulo 9

[Leer nota final, hay una buena noticia :)]

–Prometo llamarte mañana, preciosa –la sonrisa en los labios de Bang hizo que la menor se sonrojada levemente.

–Está bien, gracias por el almuerzo –sonrió ella esta vez.

–No hay de qué –Bang puso en marcha el auto– Nos vemos pronto –lanzando un beso, arrancó, dejando a la menor en la entrada de su compañía.

Después de aquel almuerzo, Bang no había tocado el tema del beso, mucho menos lo repitió, simplemente la llevó de vuelta a su trabajo como si fuera algo matutino, conversando como hacían antes y sonriéndose tan cálidamente que el corazón de la menor se sintió demasiado bien. Habían intercambiado números de teléfonos, prometiendo una nueva salida.

Al ingresar a la compañía, se topó de cara con YaeHye, quien estaba tecleando a su teléfono con una sonrisa bastante rara visto desde donde estaba la menor.

–Fíjate por donde vas –el tono frío empleado por YaeHye no hizo más que una sonrisa en los labios de la menor. Era gracioso verla enojada.

–Lo siento.

–Mejor vete ya.

La menor rodó los ojos, suspirando y negando; aquel mal carácter de verdad la dejaría soltera eternamente.

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Al llegar a su conjunto de departamentos, llamó a sus amigas, enviando la señal de que las niñas ya debían bajar. Mark había avisado que estaba por llegar y ellas debían estar allí pronto.

No tardaron mucho en salir, sonriendo al ver lo tiernas que se veían sus niñas. SuJin vistiendo un gran abrigo de lana color rosa pálido, junto a unos jeans negros y sus botas color marrón; SoYeon estaba casi igual, solo que el abrigo era azul marino. Podría apostar a que fue SaeHun quien decidió como vestirlas.

Las niñas subieron al auto, abrochando de inmediato sus cinturones de seguridad y sonriendo a la mayor, quien las miraba por el espejo retrovisor.

– ¿Listas?

– ¡Sí! –ambas respondieron al unísono.

–Mami, ¿No le llevaremos algún regalo a papá? –preguntó SuJin de manera individual, moviendo su cabeza a un costado.

–Le llevamos un ramo de flores, y, unos bombones. –levantó los objetos nombrados.

–Genial.

–Los bombones los entregará SoYeon y las flores las entregarás tú –habló, viendo por el espejo al mismo tiempo que ponía en marcha el vehículo.

–Está bien –y ambas hablaron al mismo tiempo. Era adorable a los ojos de la mayor.

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Al llegar a la estación de trenes, vio como sus niñas corrían a buscar a su novio, este aun no aparecía en su campo de visión. Se suponía que el tren de Mark llegaba a las seis y media, pero no estaba por ninguna parte.

Se sentó en la banca, viendo a sus menores buscar a Mark con la mirada, aun paradas y con sus cosas en mano. Pronto la figura de Mark vistiendo informal, con solo su camisa blanca y sus jeans negros, su saco colgaba en su brazo, estaba llegando a donde ellas.

Las niñas saltaron sobre Mark, dejando en el suelo los regalos. Los lagrimeos por parte de su hija estaban presentes, mientras SoYeon estaba a un lado de la costilla de Mark tratando de calmar a su amiga.

–No llores SuJin –un tierno puchero hizo espacio en sus labios– Si tú lloras... Yo lloro –el labio inferior comenzó a temblar.

–No llores, SoYeon –ahora la mayor tenía su labio temblando.