Capítulo 15

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Frunció su ceño, viendo a la pantalla la imagen que, ante muchos, era el amor más puro que jamás vio. Una madre recibía en sus brazos a su pequeño retoño, quien lloraba buscando el calor que todo niño anhela en sus primeros segundos de vida, recostándolo sobre su pecho y llorando cuando escuchó el dulce pálpito de su pequeño hijo.

Pero había algo que a SunHe le entristecía, y aquello era la ilusión en los ojos de Mark, de ver aquella escena. ¿Acaso él...?

–Mark –llamó, acariciando el pecho debajo de su mejilla.

– ¿Sí, amor?

– ¿Te vez en un futuro con un hijo? –preguntó, sintiendo su pecho doler cuando la respuesta tardó en llegar. Quizá solo era su sueño.

–Uh... ¿No tengo ya a SuJin? –la leve risa hizo que una pequeña lágrima bajara por la mejilla de la pelinegra.

– Supongo... Supongo que sí –suspirando con cierto dolor, asintió. La camiseta de Mark se comenzó a mojar lentamente de pequeñas y finas lágrimas, alertándole de que su novia estaba ya llorando en silencio.

–Amor –llamó, tratando de hacer que esta alzara su cabeza, pero simplemente obtuvo una cabecita en su cuello– Cielo ¿Dije algo malo? –quizá suene estúpido, pero de verdad no sabía que había hecho.

–No, solo estoy sensible... –suspiró, acomodándose de costado, dándole la espalda.

–No, no es solo eso –frunciendo su ceño, bajó de la cómoda cama para agacharse a la altura de donde estaba la menor, tomando entre las propias manos, las ajenas– Puedes decirme que pasa, sabes que no juzgaré. –sonriendo con sutileza, le regaló un delicado beso en el dorso de su mano.

– ¿No has pensado en nosotros como... padres? –la duda en su pregunta era notable, pero no para Mark, quien solo había escuchado el melancólico tono.

–Veamos –sonrió con ternura. Se puso de pie, sentándose en el medio de la cama, tomando a la menor de la cintura para subirla en su regazo, dejando que escondiera su cabeza en su hombro– Sí me veo como padre en un futuro junto a ti, pero no quiero arruinar aun tu carrera con un bebé –acariciando su espalda, continuó– Sabemos lo difícil que fue para ambos el poder cuidar y criar de SuJin en sus primeros años, si no hubiera sido por nuestros padres posiblemente no hubiéramos podido con la universidad y la bebé –explicó, sonriendo al final.

–No es eso... Ahora ambos somos grandes –sollozó, sintiendo el pecho doler– Tenemos trabajo, casa y SuJin muchas veces ha mencionado que quiere tener un hermano –dejando un espacio entre el hombro de Mark y el cuello, recostó su cabeza de costado– Me gustaría... poder sentir esa sensación de tener a tu hijo... Sobre tu pecho, recién nacido –inconscientemente sonrió, lagrimas acumulándose de nuevo– ¿Sabes? Tener un hijo... De ambos –lentamente, se reincorporó– Sería como tú, igual de bello –sonrió débilmente, soltando lágrimas cuando estas habían conseguido llenar sus ojos, acariciando lentamente la mejilla– ¿No quieres un hijo nuestro, Mark?

Y el corazón de Mark sintió un tirón, viéndose completamente débil ante la imagen de su menor, con sus esponjosas mejillas empapadas en lágrimas, con sus labios haciendo un puchero y sus manos acariciando sus mejillas.

–Oh, amor –sin poder contenerse mucho más, la atrajo a su pecho– Claro que quiero un hijo nuestro –sonrió, dejando que algunas lágrimas bajaran por las mejillas propias– Es solo que... No quiero arruinar tu carrera.

– ¡A la mierda mi carrera! –gritó ya enojada– Puedo con ambas –frunció el ceño, harta de ese tema– Puedo llevar ambas cosas juntas, puedo trabajar de casa ¡Y no me estoy haciendo más joven ¿Sabes?!

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora