–Amigo, ya detente –el pelinegro pide, levantándose y tomando el hombro de Mark– Terminarás mareado y caerás.
Pero el menor no parece escucharle, estaba demasiado ocupado mordiendo la uña de su pulgar caminando en círculos alrededor de la diminuta sala de espera, cada vez las paredes parecían cerrarse en torno a él, como si todo el aire dentro de ese espacio se cerrara y le dejara a él una muy pequeña porción. Sentía el frio más grande que jamás experimentó, su cuerpo temblaba constantemente y el miedo lo embarcaba, se sentía desprotegido, como si algo le faltara. Y, demonios, claro que lo hacía.
Llevaba ya al menos dos horas en esa sala, HyunSik y Sarah habían ido a verle, después de que Morgan avisara a todo el grupo del complicado estado de Sun, todos dejaron a sus bebés con quienes podían y corrieron a verle; Sae y Mariam dejaron al bebé con la madre de Sae, quien estaba en su casa desde hace una semana, o tal vez menos. Kim y Jae no dudaron un segundo más ir con ellos, dejando todo lo que estaban haciendo con los padres de Jae para correr al hospital, Hyun abandonó su turno nocturno de patrullaje para correr donde su novia y llevarla donde estaba Mark a la espera de una respuesta. Gae y Yaery venían de camino, y eso era un gran esfuerzo sabiendo que estaban quedándose en Japón desde hace un año.
–Todo estará bien –Morgan decide acercarse, dándole un apretón suave en el hombro– No se irá, sabe que SuJin, HeeSook y tú la necesitan, no se irá, Mark –estirando sus brazos, Mark no duda más en abrazar a la mujer, escondiéndose casi de inmediato en su hombro.
Y se odiaba por verse así de débil en esos momentos, cuando desearía ser fuerte y poder sostener a su hija en sus brazos mientras duerme, pero no, no había podido verles a los ojos sin llorar, porque SuJin ya perdió a su madre una vez, no quiere que vuelva a perderla de nuevo. Y ahora, ahora él giraba en la sala mientras que SuJin duerme en las piernas de Jae, quien la mecía para mantenerla en el profundo sueño, aventurándose en ese país para olvidar lo que sucede, para que todo lo que estuviera pasando fuera para ella solo una pesadilla más.
–No salen a dar noticias –solloza– Y no puedo sentir tranquilidad.
–Claro que no la sentirás mientras ella esté dentro –consuela Mariam, acariciándole la espalda– Pero sabemos que todos están haciendo lo posible para traerla, ¿Está bien?
–No quiero que se vaya –susurra, sorbiendo su nariz y negando en el hombro, ya húmedo, de su mayor.
–No se irá, no seas pesimista.
–Pero perdió el pulso, Morgan –alza su cabeza, solo para que todos sean testigos de lo triste que era su estado– El calor, el pulso, su latido, todo estaba yéndose tan rápido.
Morgan solo alineó sus labios, acercando más el cuerpo de Mark para continuar meciéndolo, arrullándolo y tratando de calmar sus lágrimas. Finalmente, cuando el cuerpo de Mark parece calmarse, la puerta que daba con el pabellón en donde estaba SunHe es abierta, saliendo de ella un hombre de edad con una bata blanca y una tableta con papeles.
–Familiares de Ku SunHe –habla ni bien todos le miran, y es cuando al mismo tiempo todos se ponen de pie. El hombre abre sus ojos sorprendido cuando todos lo rodean– Necesito al padre del niño –y es cuando el mundo de Mark cae lentamente.
Da un paso al frente– Soy yo –dice, el hilo de voz provocando que sus amigos sientan la punzada más dolorosa en su pecho.
–Acompáñeme, por favor.
Mark siente como cada paso se hace más y más frio, como si todo lo que posara se fuera cayendo lentamente detrás de él. Escuchaba al hombre hablar, más él estaba tan lejano a todo lo que lo rodeaba que no entendía mucho, eran balbuceos que le hacían soler su cabeza, el sonido de todo lo que antes era insignificante, ahora era como escucharlo hasta cien veces más alto. Sus oídos dolían, su cabeza daba vueltas y su corazón estaba apretándose cada vez más.
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Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2
Teen Fiction-Segunda temporada "Amantes enmascarados". La vida de adultos parece ser complicada, comenzando juntos y con el apoyo mutuo de ambos. Pero ¿Será suficiente aquel amor como para soportar las tormentas que les esperan? - Contenido variado, desde las...