Cruzó el umbral después que Hyun autorizara el ingreso, con Mariam a su lado y con Wooyoung y San detrás de ellos. Sus pasos iban como Mariam había recomendó que hiciera, de costado y sigilosos. Hyun hizo la señal, todos los grupos anteriormente asignados fueron separándose del principal. Mariam, Wooyoung y San iban con él, debían revisar y atravesar el librero que JaeBum y Youngjae habían encontrado casi al final de la casa en una habitación apartada, siguiendo órdenes llegaron a él.
No había más de unos pocos centímetros entre el gran librero de dos metros y la pared beige, por lo que era complicado que los cuatro cupieran para poder hacerlo más fácil. Mariam entró, San se posicionó a su lado, Woo con Mark se las arreglaron para quedar los dos a un lado de los chicos, empujando con todas sus fuerzas.
Mark pudo escuchar, a muy duras penas, algunos murmullos desde el otro lado de la pared, sintiendo algo de esperanza cuando la voz dulce de su hija llegó a sus oídos.
–Tengo una idea. –habló, dejando de empujar– ¿Por qué no tiramos los libros? Haría menos peso –dijo, los demás pensándolo acabando en asentir a sus palabras.
Fueron movimientos rápidos de brazos, sacando con velocidad los libros y plantas que estaban en la librería, llamando la atención de alguno de sus compañeros cuando un plato se rompió. Creo que esto de ser sigiloso no es lo mío. Mark rió ante su propio pensamiento, negado y continuando con su labor.
Acabaron con una inmensa pila de libros desordenados en sus espaldas, algo de tierra debido a las plantas que habían aparecido en el camino del cuarteto dinámico. Asintieron entre ellos, Mark y Woo yendo a los costados del librero, tirándolo sobre los brazos de los dos restantes, dejándolo caer despacio en la pila de libros.
Sus ojos se expandieron en grande cuando su visión encontró una puerta, madera maltratada, detrás del gran librero. Mariam no tardó en intentar abrir la puerta, negando a sus compañeros.
–Necesita llave –señaló, viendo más de cerca la cerradura– Y una especial –hizo una mueca de inmediato, era una cerradura que ella jamás había visto, era circular y con dientecillos por los costados, tenía una forma bastante particular a su parecer.
Mark investigó por todos los costados, buscando algún lugar llamativo secreto para guardar una llave de ese tipo. Tocó el hombro de Woo, indicándole que fueran a la cocina, Wooyoung no dudó en seguirlo.
–Uh, noona –Mariam giró de inmediato a ver al chico, tomando la llave que el pelinegro extendía– Estaba en la tierra de la planta –explicó, Morgan asintió y sonrió.
–Gracias.
La pelinegra hizo un sonido con su boca, algo similar a un chiflido con lo que llamó la atención de los dos chicos que corrían e dirección de la cocina, alzó la llave y los dos hombres corrieron donde ella.
–¿Armas listas? –Preguntó la pelinegra, los demás asintieron– Sin seguro. –los chicos sacaron el seguro, Woo yendo junto a la pelinegra para poder abrir la puerta y entrar con sigilo.
Sus pasos eran lentos, coordinado al bajar las escaleras. Mariam se detuvo cuando escuchó voces, alzando su mano con su palma extendida en alto para que sus amigos detuvieran sus pasos. Se afirmó de espaldas a la pared más cercana al final de las escaleras, su arma cerca de su cabeza en caso de emergencias, lista para apuntar y disparar. Mark llegó junto a ella.
Lo que oyeron no era exactamente algo que les mantuviera cuerdos, menos a Morgan, quien vio rojo por unos momentos.
–Oh vamos, pequeña pelirroja –el hombre acariciaba su mejilla, los jadeos agotados de la pelirroja estaban siendo música para él– ¿No me dejarás tocarte? Es solo un poco, además, –se puso de cunclillas, acariciándole la mejilla con el mismo látigo– Tú me provocas.
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Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2
Roman pour Adolescents-Segunda temporada "Amantes enmascarados". La vida de adultos parece ser complicada, comenzando juntos y con el apoyo mutuo de ambos. Pero ¿Será suficiente aquel amor como para soportar las tormentas que les esperan? - Contenido variado, desde las...