–Amor, –llamó, la chica alzó su cabeza– Hay algo importante de lo que hablar.
La menor ladeó su cabeza, dejando de lado la cuchara con la que comía su postre para verle, esperaba una buena noticia y no una mala, la verdad. Pero era ver la cara de miedo, nervios y como Mark mordía su labio inferior, todo indicaba que iba a ser mala noticia.
–Te escucho. –y trató de sonar tranquila, porque quería estar tranquila. Quería darle ese apoyo a Mark, no que el miedo a su respuesta le consumiera. Sea lo que sea que fuera lo que Mark quisiera decirle, ella iba a tratar de mantener la calma.
–Bueno... –el chico carraspeó– Hay algo, más bien hay un nuevo proyecto en que estamos Jungkook hyung y yo –la menor asintió, dejando que continúe– Y... –suspiró, ahora sentía el revoltijo en su estómago, el nerviosismo– Es una nueva colaboración, es bastante amplia –dijo muy seguro, tratando de convencerse a sí mismo de que todo iba a salir bien– Y pues es una colaboración con una industria de literatura así muy grande, uf sí, muy grande –sus manos se movieron con nerviosismo.
– ¿Enserio? Eso es genial, amor –la sonrisa sincera de su menor era todo lo que quería ver esa noche, poder verle sonreír así todos los días, aun después de lo que venía– Eso es muy bueno, ¿Y con quien están trabajando? –preguntó con inocencia.
–La empresa de Mariam –sonrió, el sudor frio comenzó a bajar de su espalda. Demonios, se sentía como en una película de terror.
–Eso es aún mejor –y, joder, de verdad estaba odiando como la menor no captaba la indirecta.
–Y... El trabajo se une con su nueva firma en Chile –dijo, buscando la mirada de su novia.
– ¡Eso es buenísimo! Será internacional –y Mark bufó.
–Amor, –llamó, tomando sus manos en las propias, acariciando el dorso de estas, fue entonces que la menor alzó su cabeza.
El tono decayente, triste y bajo de Mark le dio cierto miedo. La mirada baja, fija en sus manos y sus dedos que se movían con lentitud sobre su dorso, estaba nervioso, ansioso. Sus manos apretaron levemente las de Mark, dándole ese apoyo que sabía, su novio buscaba. La sonrisa suave, débil, de Mark le hizo devolverle el gesto con más fuerza.
–Te irás a Chile junto con Mariam, ¿Verdad? –el asentimiento de Mark le dolió en su pecho, era un dolor que sabía, iba a tener hasta su regreso– ¿Cuándo vuelves? –y no esperaba que su tono de voz bajara tanto de un momento a otro.
–Probablemente volveré en enero –sonrió levemente, casi como si fuera una sonrisa triste– Cerca de tu cumpleaños, ¿Ya ves? Estaré contigo.
–Eso es bueno, al menos.
–Lo es, y si el trato demora menos de lo esperado, entonces volveré antes –acariciando sus manos, las besó rápidamente, regalándole una sonrisa grande– No dejaré de llamarte ni mensajearte, los horarios... –una mueca.
SunHe sabía que la diferencia de horarios era grande, al menos doce horas entre ambos países, y estaba claro que iba a ser complicado comunicarse entre ellos. Demonios. Su pecho se oprimió de nuevo, suspirando y tratando de suavizar el malestar en el pecho de ambos, besó a Mark, acariciando su mejilla después.
–No te preocupes, yo te comunicaré para poder hacer llamadas, ¿Bien? Hagámoslo cuando acá sea de noche y allá de día, ¿Sí? –Mark asintió, sonriéndole y tomando sus manos– Prometo llamarte todos los días, y verás al bebé crecer –y entonces la sonrisa en el rostro de Mark pasó a ser melancólica. Él no quería dejarlos.
–Prométeme que mandarás todas las fotos por mensaje, ¿Sí? –la menor asintió.
Y la abogada se puso de pie, yendo directo a sentarse en el sofá en el que estaba Mark, sentándose a su lado, abrazándolo y escondiéndose en su hombro. Mark no tardó en corresponderle el abrazo, tomando su cintura y acercándola a él, ella sollozó bajo en su hombro. Ahora sí sabía a lo que Sae se enfrentaba día a día.
– ¿Cuándo partes? –preguntó, realmente no quería saber la respuesta.
–El viernes en la noche sale el avión –la caricia en su espalda fue reconfortante, sentía como la mano de Mark temblaba en su tacto, aun así, agradeció que el pelinegro tratara de calmarla. La subió a sus muslos, meciéndola de un lado a otro– Te llamaré, te cantaré y te haré dormir –dijo al viento– Las canciones más dulces en tu oído, sentiré tus suspiros y sabré que estarás dormida, solo entonces dejaré la llamada. No te dejaré sola, dulce corazón.
–Gracias –susurró, bajo pero audible para el mayor.
|. . .|
El sol de la mañana impactó en su rostro, el calor del rayo de luz y lo fuerte de esta le hizo fruncir el ceño, abriendo sus ojos y acercándose a la ventana para cerrar la cortina. Solo cuando un poco de la brisa de la mañana cruzó la ventana recordó lo pasado, como esta fina brisa llegaba a su miembro y lo removía. Se miró y recordó lo sucedido la noche anterior, como le había hecho el amor a su novia una vez más y como ella había llorado luego. Sabía que las hormonas, producto del embarazo, la tenían algo sensible, y lo comprobó cuando, después de haber hecho el amor dos veces, la menor lloró en su pecho hasta dormirse. Como su voz acallaba sus sollozos, cómo su canto la había mecido hasta que se durmió entre lágrimas, y cómo había pedido en sollozos que no se fuera.
Había conocido una vez más el lado más vulnerable de su novia, ese que nunca quiso pero que él amaba consolar, estar ahí para ella y cuidarla. Había escuchado una última vez su nombre en sus labios, como ella estaba dispuesta para él. Y aunque se resistió al principio por miedo a lastimar el bebé, cedió luego de él mismo comprobar que sí podían acostarse hasta el quinto mes. Y como el bebé era aún muy pequeño, Mark dejó que su novia lo sedujera hasta acabar ambos enredados bajo las sábanas.
Se acercó hasta donde su novia dormía aún, desnuda y con la sábana hasta su cintura, su brazo acurrucándola. Sonrió y medio rió, arropándola un poco más antes de besar su frente con amor y dejarla dormir. Acomodó la almohada gigante que estaba a los pies de la cama, la dejó donde él había dormido esa noche, tapándola con las sabanas y acercándola al cuerpo de su novia, riendo cuando la vio abrazarse casi de inmediato a esta.
La iba a extrañar, claro que sí. Su tacto, sus besos, su simple presencia era solo un poco de lo que él necesitaba para poder continuar. Sus palabras cada día diciéndole cuanto lo amaba, como en las noches ella lo escuchaba cantarle a la luz de la luna, las tardes de besos, lecturas compartidas, besos vagos y películas románticas cliché, él las odiaba, pero seamos sinceros, ¿Quién va a ver una película cuando tu novia está alimentándote como bebé? Sentada en tus muslos y dándote caricias lentas.
Antes de entrar al baño, trató de recordar cada una de sus facciones, sus sonrisas y sus gestos. Se prometió no olvidarla, no olvidar nunca su persona, no dejarla. Y, sobre todo, jamás soltar su mano.
|. . .|
Holi.
¿Les gustaría capitulo donde se narra el momento donde se hace el amor entre Mark y SunHe? Creo que me sé la respuesta, pero igual xd.
Por cierto, se viene el regreso de uno de los personajes más odiados de la primera temporada, ¿Recuerdan quien le hizo la cicatriz de botella a Mark? Chan chan.
PD: Estaré recibiendo las preguntas hasta el 29 de octubre, el día 30 subiré un especial donde se responderán todo tipo de preguntas de la saga, ya sean sobre el tema del libro, algunas que quedaron de la primera temporada o algunas que quieran hacerme, ahr. En fin, Muchas gracias por leer, nos leemos pronto.

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Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2
Novela Juvenil-Segunda temporada "Amantes enmascarados". La vida de adultos parece ser complicada, comenzando juntos y con el apoyo mutuo de ambos. Pero ¿Será suficiente aquel amor como para soportar las tormentas que les esperan? - Contenido variado, desde las...