Terminó de abrocharle el vestido a su novia, besando su cuello con amor antes de poder sonreírle a través del espejo, se veía hermosa. Su vestido rojo, largo hasta sus tobillos, con su parte superior ajustada a su, ahora, gran pecho, tirantes sobre sus hombros, el color resaltando su tono de piel y el collar de lindas piedras, detalle de Mark, decorando su cuello le daba un toque que no pensó que le quedara tan malditamente bien a alguien. Se veía jodidamente hermosa. Su cabello recogido en un pequeño moño detrás de su cabeza le daba ese toque delicado, dulce.
–Dame unos momentos, me termino de aplicar maquillaje y estoy lista –susurró, Mark asintió y le dio su espacio, caminando a la sala donde estaba su hija.
Qué lindo sonaba.
La niña estaba vestida de manera casual, jugaba en la gran alfombra con EiJin, el cachorro había crecido un poco más desde la última vez, aun así, no dejaba su espíritu de pequeño cachorro. Ambos jugaban en la alfombra blanca de peludo en medio del salón, la menor lanzaba una pelota y el perrito corría a buscarla, luego peleaban para poder tenerla de nuevo y así durante un rato. La niña reía por ver a su pequeño can hacer rabietas.
– ¿Ya tienes todo para cuando vayas a casa de tía Mariam y tía Sae? –preguntó tomando asiento en el sofá detrás de su niña, esta asintió.
–SoYeon dijo que llegaría más tarde a casa de las tías, sus padres terminan algo tarde de trabajar hoy.
–Me parece bien, ¿Llevarás a EiJin contigo? –era una pregunta absurda conociendo lo inseparables que eran.
–Claro que sí, papá. Mi niño no puede quedarse acá solo, mucho menos sin mí –y el corazón de Mark dio un vuelco cuando su niña le llamó así. Se sentía muy bien.
–Está bien, supongo que le llevas sus cosas.
–Sí, las tengo junto a las mías en el recibidor.
–Perfecto.
Y cuando escucharon el sonar de los pequeños tacones de su pareja, ambos voltearon a las escaleras. La menor se veía extremadamente bien en ese conjunto, con ese maquillaje y todo lo que estaba usando. Demonios, estaba perfecta.
La ayudó a terminar de bajar los últimos escalones, tomando su mano y viendo como su menor levantaba el vestido con su mano libre, le recordaba a las princesas de los cuentos. Le dio una vuelta en su lugar cuando terminó de bajar, admirándola de todos los ángulos posibles. La menor tambaleó cuando unas manos apresaron su cuerpo en un abrazo inesperado, el cuerpecito de su hija se estrelló directamente con ella, abrazándola y besando por sobre su vestido su vientre.
–Mamá se ve muy bien, igual que papá –alagó, sacándoles una sonrisa a ambos padres. Mark la tomó en sus brazos, sonriéndole y alzándola.
–Muchas gracias, tesoro –SunHe apretó su mejilla, besándola después– ¿Estás lista?
–Sí, tengo todo en el recibidor.
–Bien, podemos irnos entonces –la menor de todos asintió, escuchando como el can ladraba fue bajada.
Los padres tomaron sus manos, entrelazándolas y sonriéndose entre sí.
Hoy cumplían seis años de noviazgo y lo iban a celebrar en grande; no eran diez, o mucho más, pero desde el año número tres, ambos habían comenzado a celebrar sus aniversarios en grande. Son novios, sí, pero eso no impedía que celebraran sus aniversarios como se debe, cenando en restaurantes de lujo que Mark reservaba, en la playa cuando su menor lo planeaba o saliendo de viaje por unos días si ambos lo conversaban, y este año, al estar la menor en espera, habían decidido que era mejor una cena en un restaurante, al ser Mark quien reservara siempre iba a ser uno de lujo.
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Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2
Ficção Adolescente-Segunda temporada "Amantes enmascarados". La vida de adultos parece ser complicada, comenzando juntos y con el apoyo mutuo de ambos. Pero ¿Será suficiente aquel amor como para soportar las tormentas que les esperan? - Contenido variado, desde las...