Capítulo 7

297 42 17
                                    

Tomó el bolso color negro sobre su cama, saliendo con este al salón en grandes pasos, con una llamada comunicada por sus airpods, acarició a sus niñas que estaban en el sofá viendo por quinta vez en la semana Pocahontas. Caminó rápido a la cocina.

Esta semana yendo como el maldito infierno. La compañía de abogados en la que trabajaba hace dos años estaba en crisis. Había miles de clientes esperando respuesta a problemas que se habían dejado estar por la mínima importancia que daba antes el otro jefe de la compañía, el nuevo los había comenzado a hacer trabajar duro ni bien comenzó su primer día hace unos meses. Los clientes al ver aquello comenzaron con llamados incesantes para que sus problemas legales fueran acatados por los que deben ser, los contratos y, algunos, comenzando a contratar.

–Hyun Jin, dile a Jisung que imprima el formulario que nos pidió la empresa KYC, le dices que saque dos copias y le entregue ambas a Lee-nim para que las revise, luego las deja en mi escritorio. Tú toma los papeles de ingreso del nuevo y llévalos a donde Hye Jin, ella debe firmar por mí, unas cosas, está autorizada –suspiró, tomando del refrigerador una caja de leche, sirviendo dos vasos– Dile también a Jackson que debe ir al sector cuatro en busca de los papeles de divorcio. Ah, también dile a Jisung que tiene una conferencia de prensa hoy a las cuatro por el caso de Choi de hace una semana –mientras guardaba la leche continuó con sus órdenes, escuchando las techas al otro lado de la línea– Hye Jin tiene junta con el prisionero Park a las seis por su testimonio, y... –se detuvo para sacar una caja de cereales– Recuérdame cuando es la junta con el prisionero Kim y la hora de las juntas con las diferentes familias que nos asignaron para la otra semana, hoy dividiremos.

–A las cuatro tiene junta con el prisionero Kim, las juntas con la familia Chang es a las once del día de hoy, la familia Byeom solicitan junta la otra semana a las ocho, la familia Baek necesita un urgente, los puse para el lunes a las siete ¿Está bien?

–Está perfecto. Sigue –ordenó mientras servía dos panecillos en dos platos, al mismo tiempo, hacia tostadas.

–La familia Myhong tiene agendada la junta a las cinco el día martes, la familia Thang tiene el día miércoles a las nueve y, por último, la familia Han tiene el día jueves a las doce –concluyó, la mujer hizo un sonido en afirmación.

–Perfecto, ten a mano los nombres y horas, en cuanto llegue tendremos una junta –sirvió las tostadas listas en dos platos– ¿Ya están todos allá?

–Sí, falta el nuevo y usted.

–Perfecto, llego en breves.

Y cortó la llamada.

Ser jefa de uno de los sectores más solicitados por eficiencia era complicado, siempre había más y más solicitudes de trabajadores, clientes en espera y demás. Era agotador.

Cada sector tiene un número y es valorado según su desempeño, el jefe de cada sector es el encargado de llevar sobe ruedas su equipo, de no ser así, será despedido. Aquella había sido la norma impuesta por el actual líder del complejo de abogacía Sur Coreana. Y, para su mala suerte, Ku Tn era una de las líderes y más solicitada del complejo. Su desempeño como lides era tal que estaba entre el primer y segundo lugar, haciendo competencia con Min YaeHye, ¡Coincidencias de la vida! Era la hermana mayor de la rubia que había perdido en aquella competencia de canto en la universidad, quien le guardo rencor luego de ganarle un par de veces seguidas después de ese día. Pues claro, la mocosa se había quedado con ganas de poder ganarle y claramente, la envidia jugó en contra y perdió al desafinar varias veces.

Aquella había sido su enemiga hasta que la cambiaron de universidad. Es increíble como el rencor es hereditario en aquella familia.

Dejó la comida sobre la mesa de té frente a la gran pantalla, las niñas atentas a la película.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora