Capítulo 69

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–¿Lista, cielo? –pregunta el pelinegro, subiendo los bolsos restantes en el compartimiento trasero de su camioneta, con la carpa sobre ella.

–Sí, SuJin termina de subir algunas cosas y estamos listos –dice, acariciando la espalda de su bebé. SuJin entraba y salía de la casa, subiendo cosas a la camioneta, ya sea donde estaban los bolsos o donde ella iba a ir sentada.

Hoy se irían a casa de sus padres a pasar un par de días, Jungkook le había dado una semana completa a Mark, después de aquella tarde, Jungkook no había dudado un segundo en concederle el permiso e incluso darle más días de los que Mark había pedido. Él solo quería dos, pero Jungkook le dio una semana completa.

–SuJin, hija –Mark llama, la chica deteniéndose– ¿Qué es todo lo que llevas?

–Ah, EiJin tiene necesidades, papá –dice, dejando al can sobre la camioneta, en el asiento donde ella iba a ir– El viaje a donde está tía Seyin son de tres horas –pone sus manos en su cadera– EiJin bebé necesita beber y comer, ¿No ves qué tan flaco está? –sus labios se fruncen mientras alza al cachorro– Solo míralo, está desnutrido –canturrea. El cachorro, ya no tan cachorro, saca su lengua y deja ver su pancita, una pancita bastante grande, pero sin llegar a ser exagerada.

–Mi amor, es un viaje corto –dice, pero la niña niega.

–Igual, él necesita beber agua por si le da sed –saca una botella con un pequeño pote de plástico adherido a la tapa– Y comer –alza otro en donde esta vez la tapa era el platillo de comida y en el frasco estaban sus croquetas– Además necesita dormir cómodo –el cachorro ladra, provocando que su dueña se adentre en la camioneta para sacar su almohadita y su mantita con patitas de perro en negro sobre un fondo cian– Y, jugar –el cachorro, alzando su cabeza, observa a su dueña sacar una mochila con juguetes.

–Pareciera que se fuera a una excursión, además tu abuela te tiene cosas allá para EiJin, cielo.

–No, esas cosas son antiguas, necesita nuevos juguetes –a chica voltea a su animalito, poniendo una voz chillona de inmediato– ¿Verdad, bebé? Claro que sí, mi amor.

Mark niega, sonriendo y volviendo a entrar a la casa, ayudando a su novia a hacer pequeña la carriola del bebé. Llevaba al menos cinco minutos luchando para poder hacerla menos grande y nada parecía funcionar. Mark toma su mano, apartándola suave– Así.

Con presionar un botón con el pie, la carriola automáticamente desciende sobre las ruedas, haciéndose menos espaciosa. Mark la pone bajo su brazo, saliendo con la carriola y un bolso que debía ir en el asiento delantero, eran las cosas básicas de Nathan.

–Vale, podemos irnos –el chico asiente cuando su novia sale de la casa, su bebé durmiendo en el pecho de su novia.

Suben a la camioneta, Mark ayudando a su novia a subir, abrochándole el cinturón de seguridad y ayudándola a dejar al bebé dormido en el asiento trasero, detrás de él, viéndola a ella. SuJin colocó el cinturón de seguridad por su propio cuerpo, acomodando la manta y la almohada en el espacio entre ella y Nathan, su cachorro acomodándose de inmediato para dormir.

–Bien, cielo –Mark mira por el retrovisor a su hija– Mamá hizo dormir a tu hermanito, por lo que no debes hacer que se despierte, y claro, cuidar que no llore –la chica asiente, llevando dos de sus dedos a su frente, como si fuera un soldado.

–Mamá, SoYeon dice que ya está lista para ir –la niña dice, la mujer solo ve a su esposo quien ladea su cabeza.

–Lo siento, pero ella ya es parte de la familia –una sonrisa tímida aparece en los labios de la muchacha, quien de inmediato besa la mejilla de su novio– No seas así, ella igual es como nuestra hija. Pasa más tiempo con nosotros que con su propia familia, no afecta en nada que la llevemos –alza sus hombros.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora