Abrió sus ojos ni bien sintió el ardor de la luz solar de la mañana dar directo con sus ojos, sonriendo cuando el aroma masculino de la almohada inundó sus fosas nasales. No había sido un sueño, de verdad había pasado todo aquello.
Se aferró a las sabanas, sonriendo y soltando pequeñas risas mientras gozaba del calor que la abrazaba, el aroma de Mark llenando satisfactoriamente su nariz y el dulce aroma a un buen desayuno llegando a su habitación.
Sonrió aún más cuando la cabellera castaña de su pareja se asomó por la puerta, trayendo con él una bandeja de madera barnizada con un delicioso desayuno dentro. Frutos rojos y una pequeña nube de crema decorando una porción de waffles, una taza humeante de café y algo de crema para suavizar y obvio, su porción de chocolate a un costado. Amaba cuando Mark se ponía dulce con ella.
–Buenos días –saludó la menor ni bien Mark estuvo cerca.
–Buenas tardes –la risa de Mark hizo a la menor mover su cabeza a un costado ¿Tardes?
– ¿Tardes? –repitió, tomando el tenedor para comenzar a comer.
–Sí –sentándose en la cama, ya vestido, observó a su menor comer– Son las dos de la tarde, cielo –sonriendo cuando la crema de su menor se espació por sus labios al momento en que estos fueron abiertos en sorpresa.
– ¿Y por qué me dejaste dormir? ¡Debo ir con Kim para su despedida de soltera! –la menor pareció reaccionar impulsivamente, intentando levantarse bruscamente, un jadeo escapó de sus labios– Mierda.
–Ya hablé con ella –habló Mark, tomando la mano de su menor para que esta volviera a su lugar– Dijo que se cancelaba de todos modos, su suegra quiere hablar con ella el tema del vestido –explicó, tomando café de la taza ajena.
–Oh, está bien supongo –bostezando, frunció su ceño al sentir la jodida punzada en su trasero– Te dije suave, condenado. –refiriéndose al dolor, Mark estalló en risas.
– ¡Anoche rogabas por más fuerte! –acusó con su dedo, la menor sonrojándose furiosamente.
– ¡No mientas!
Mark rió con más fuerza, no previendo que la menor había apartado el delicioso desayuno para poder lanzarse sobre él, cayendo sobre sus muslos, estando a solo centímetros de su cara.
–Eres un desgraciado, me duele todo por tu culpa –volvió a acusar, frunciendo el ceño cuando Mark sonrió con gracia.
–Pero la niña quería una tercera –canturreó, divertido por la situación.
–Y ahora el niño se quedó sin sexo por una semana –del mismo modo, canturreó mientras dejaba un casto beso, volviendo así a su lugar, gimiendo de dolor.
–Saldré a por un café con el joven Jeon, está de paso por la ciudad y me invitó a tomar un café –comentó, viendo a su menor volver a poner la bandeja en sus piernas para poder comer de su desayuno.
– ¿No me planeas llevar? –preguntó con una ceja alzada.
–Mañana me acompañarás a la cena con el marido del joven Jeon.
–Deja de tratarlos así –rió la menor– Es gracioso escucharte tratarlos de joven Jeon y el señorito Jeon.
–Es la costumbre –habló con un leve rosa decorando sus mejillas– Se le dice respeto.
–En ese caso puedes usar el hyung –recordó con una sonrisa.
–Ya no te llevo mañana –poniéndose de pie, caminó al armario para tomar un abrigo.
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Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2
Teen Fiction-Segunda temporada "Amantes enmascarados". La vida de adultos parece ser complicada, comenzando juntos y con el apoyo mutuo de ambos. Pero ¿Será suficiente aquel amor como para soportar las tormentas que les esperan? - Contenido variado, desde las...