No, no podía estar pasando esto. A penas y había podido asimilar la muerte de su amigo, aun sintiéndolo increíble, algo parte de un sueño triste que solía tener en aquellas noches de lluvia, un producto de su imaginación, una mala jugada. Pero ahora, teniendo la triste y serie mirada de Mark frente a ella, mirándole al mismo tiempo con suplica, sentía todo tan jodidamente real.
– ¿No preguntarás que hago acá? –la burla en el tono de voz empleado hizo que sus manos se hicieran puños. No era una persona totalmente violenta, pero si la rubia seguía hablando en ese tono de verdad iba a arrancarle cada uno de sus mechones.
–No soy tonta, se bien lo que haces en mi casa –trató de sonar calmada, tragando grueso para evitar que lo roto de su voz la delatara. Funcionó, y agradeció a los mil cielos por ello.
–Bueno, entonces hablemos de una vez –apuntó los sofás, sentándose en el más grande, dejando los individuales a la pareja.
Mark no se alejó de la ventana, mirando está tratando de no romperse ahí mismo. En esos mismos momentos, su familia peligraba. Contrario a él, la menor estaba de brazos cruzados, con una pierna sobre otra, dejando ver aquella cara póker que solía usar en situaciones de este tipo, alzando una ceja, esperando por lo que venía; tenía, muy dentro de ella, mil y una barreras, listas para todo, debía mantener la compostura, la calma y hacer bien las cosas si todo esto tenía mucho que ver con lo que su mente le decía. No estaba dispuesta a perder a su tesoro.
Rápidamente se limpió la primera lagrima que bajaba por su mejilla, aclarando su garganta sin que nadie viera lo ocurrido. Mark dejó que una sonrisa de medio lado adornara su cara, amaba esa faceta de su menor, la admiraba; habían pasado por tanta mierda, mientras que él se destruía en cientos de pedazos, ella seguía caminando de frente, con su cabeza bien en alto, con su cara póker y con su postura irrompible. Sinceramente, era admirable.
–He de creer que ya sabes lo que vengo –dijo la rubia, tendiendo más papeles sobre la mesa de té.
–Me gustaría que me aclararan mejor la razón de su... Imprevista visita –alzó una ceja, viendo a la hermana de su tía.
–Es sobre la pequeña SuJin –dijo la castaña, mostrándose algo intimidada por la mirada fría de la muchacha. No la conocía así.
–Creo que era algo obvio viendo al joven a su lado, señora. Me gustaría que fueran claras.
–Es sobre la custodia de Seo SuJin –la rubia tendió una serie de papeles, SunHe recibió estos, leyéndolos a pesar de ya saberlos– Como ya es sabido, sus padres llevan al menos cinco años de muerte, y al no dejar a la menor a cargo legalmente de alguien, la que debe velar por ella es... –la rubia fue interrumpida.
–Son sus padrinos de bautizo, es decir, mi madre y mi padre.
–Exacto.
–Y como ya han de saber si conocen su caso, ha pasado gran parte de su vida, a partir de la muerte de sus padres, con ellos –dejando los papeles sobre la mesa, alzó una ceja en dirección a ella.
–Correcto –la rubia le dio la razón, asintiendo con su cabeza– Pero también es sabido que ustedes son algo así como sus padres postizos.
–La hemos criado juntos. –Mark habló, decidiendo que era momento de actuar. Se sentó en el reposa brazos del sillón donde su menor descansaba.
–Eso los convierte en padres.
–No legalmente.
–De igual modo; la señora Kim, aquí presente –la rubia señaló a la mujer, quien alzó, después de mucho, su cabeza– Reclama la custodia de la menor, puesto que ella tiene un legado que no puede adquirir por su corta edad, y al no tener legalmente el cargo a alguien, ella se ofreció a tenerlo –tendió unos papeles a la castaña, quien los tomó.
ESTÁS LEYENDO
Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2
Genç Kurgu-Segunda temporada "Amantes enmascarados". La vida de adultos parece ser complicada, comenzando juntos y con el apoyo mutuo de ambos. Pero ¿Será suficiente aquel amor como para soportar las tormentas que les esperan? - Contenido variado, desde las...