Capítulo 20

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Acomodó el camisón gris que había recibido aquella navidad de parte de sus padres, junto a mas prendas de ropa, claro. Hacia algunos pocos días que todos se habían marchado, siendo ya seis de enero; una loca semana de festividades. En resumidas, después de aquella dulce cena familiar, Mark y SunHe se fueron a casa de Hyune*, quien había preparado una cena para los amigos después de cenar con sus suegros. Habían pasado mucho tiempo con ellos, disfrutando de la velada, de abrir regalos del Santa Secreto y demás, acabando todos ebrios. Pero había alguien que no había asistido, Félix. Habían intentado contactar toda la noche con él, más nadie contestaba sus llamadas más que el buzón de voz, supusieron que era probable que estuviera con sus padres, por lo que lo dejaron ser.

La noche de año nuevo había sido hermosa, reuniendo a todas las familias al monte más alto de la ciudad, disfrutando de una cena a la luz de las velas, de las estrellas, de la nueva luna. Habían esperado entre cánticos, risas e increíbles historias de viejos tiempos, contadas por los adultos, la llegada de los fuegos artificiales.

Fue una bella noche, inicio de año completo.

Luego de ese día, SuJin había vuelto con sus abuelos a Daegu, prometiendo volver luego de pasar tiempo con sus amigas. Sus padres habían entendido la situación y fueron a despedirlos a la estación. SuJin había estado preocupada de EiJin tanto de camino a la estación como al subir. No llevaban mucho más de unos días y no se separaban, literalmente, ni para ir al baño. Era tierno, la verdad.

Ahora estaban solos, disfrutando juntos el final de la semana. Había sido algo agotadora, claro, pero el solo llegar a la casa, sentarse y sentir el calor de su pareja lo era todo para ambos. Mark no hallaba la hora de salir del estudio de arte y llegar a su departamento, donde sabía, en unas horas, su amada llegaría junto a él.

Ahora estaban acostados en la cama, dándose dulces caricias sobre la ropa mientras compartían inocentes besos. Las manos de la menor enredadas en el sedoso cabello de su novio, mientras este acariciaba su cintura con ternura, ambos con sus ojos cerrados, siguiendo el lento movimiento de sus labios. Suspiraron antes de separase y sonreírse mutuamente.

–Eres jodidamente hermosa –soltó de repente.

– ¿Estás bien? –preguntó la menor a su lado, alzando una ceja, no evitando sonreír.

– Estoy más que bien –Mark no dudó en volver a tomar los labios ajenos entre los propios, saboreando con su lengua, delineando los labios con la punta, tomando el sutil sabor a fresa del bálsamo que su menor usaba. Tan dulce.

La menor no dudó en continuar, sintiendo como pronto su camisón comenzó a ser subido con sutileza, sintiendo las grandes manos subir por sus muslos, acariciando con ternura de arriba abajo, apretando en el glúteo cuando la mano logó subir. Mark sonrió ente el beso al sentir la piel desnuda de la zona. Desnuda.

Su pecho comenzó a palpitar rápido, sintiendo sus manos picar cuando la menor restregó su trasero con su mano, al mismo tiempo que sus pezones erectos se marcaban en el pecho de Mark. Tan caliente.

Mark tomó el glúteo de su menor entre sus manos, apretando con fuerza, al mismo tiempo rozando con sus dedos la línea que dividía a ambos grandes glúteos.

– ¿Podemos? –preguntó su menor en un susurro.

– Cielo, no he comprado condones. –suspiró. Él si quería, pero sabía que si no usaban protección acabarían con un hermano para SuJin.

– ¡Te dije que daba igual! –La menor se separó, suspirando y virando sus ojos. De verdad, tan terco.

– Puedes acabar embarazada.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora