Capítulo 19

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[No pondré que es largo de nuevo en el titulo porque todos, o la gran mayoría, son larguísimos. Aclarar que, de igual modo que todas las fiestas, este libro tendrá su especial de navidad, solo que en la novela ya es navidad]




El día de la boda había sido hermoso, después de la bella y delicada ceremonia, todos fueron llevados al apartado que el padre de Jaemin y suegro de HyunSang, donde todos habían disfrutado del cóctel que se había preparado para todos. Aquel día, tanto Mariam como SaeHun, Kim y SunHe se habían llevado la grata sorpresa de recibir a Félix con las maletas en el cóctel, siendo este un recién llegado a Corea. Largos años sin verse.

Pero había algo que no estaba bien. Su cuerpo estaba mucho más delgado, su piel había pasado a ser sumamente pálida, las ojeras bajo sus dulces ojos miel delataban las escasas horas de sueño que había tenido últimamente, la sonrisa que decaía conforme pasaba el tiempo, era completa señal de que, obviamente, había algo muy malo. Ninguna preguntó por respeto a los invitados, pero tenían claro que a penas la oportunidad se diera, lo hablarían en privado. Los cinco.

Ahora, con fecha veinticuatro de diciembre, estaban todos los adultos corriendo de tienda en tienda. El caso claro de locura era reflejado en la pareja, estando SunHe en el centro comercial comprando los regalos familiares, tanto para su lado de la familia como para el de Mark. Y estaba siendo un completo delirio. Es decir, la familia de Mark era completamente pequeña, sus dos padres, Sarah, y esta navidad, sus primos, Irene y Ahn, eran todo lo que conformaba aquella cálida familia, mientras que la de ella era la más grande. Desde sus tres primos adolecentes hasta sus padres, SuJin y su prima. Además de sus amigos, claro.

Mientras la menor buscaba los regalos, Mark se encargaba de hacer la compra de la comida y la decoración del departamento, en eso iba incluido el árbol de navidad color blanco de casi dos metros con decoraciones rojas y doradas, una estrella nueva y muchos regalos. Petición de su niña, claro.

Y estaba siendo un fastidio buscar aquel árbol para hacer feliz a su niña, estando solo los arboles más raros, tales como el de color rosa, azul y café. Rarísimos y casi los únicos que estaban quedando, y obvio los típicos verdes.

Pero él quería, además de su regalo, darle a su niña el árbol blanco.

Las decoraciones las tenía casi listas, solo faltaba la del árbol que estaban en, literal, todas las tiendas, la comida estaba ya en el auto esperando por él, pero el jodido árbol era el problema.

Sería una larga tarde.

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La chica llegó con tres grandes bolsas para la compra a rebosar de los regalos, estando comprados todos. Con dificultad había logrado llegar de nuevo al departamento con solo un viaje, no pudiendo creer como había podido caminar por todo el estacionamiento con solo un pie y ambas manos ocupadas, con un pie alzado para sostener una bolsa y con su vista obstruida por estos mismos. Se consideraba a su misma una súper humana en esos momentos.

SuJin la vio llegar desde el salón, estando también con sus primas y su primo, quienes jugaban junto a ella al clue. YeonSeok se puso de pie de inmediato, tomando la bolsa más grande entre su mano derecha, tomando también la del pie con su mano libre.

– ¿Dónde lo dejará, noona?

–Vamos a mi habitación, hasta que llegue Mark los dejaremos ahí.

El chico asintió, tomando rumbo con la mayor a sus espaldas, dejando todo bien escondido de SuJin entre los cajones del armario, debajo de la cama hueca y en el baño. Sí, demasiado espacio.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora