Capítulo 40

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Cerró su casillero, suspirando en el camino. No es que las clases fueran estresantes, agobiadas o algo por el estilo, simplemente no era su semana. Estaba triste, devastada y se sentía sola, muy sola, el miedo estaba siempre a la vuelta de la esquina, tomada de la mano con la soledad y el sentimiento de inseguridad.

Llevaba ya un año con Mark, el mejor año de su vida; Mark la hacía sentir especial, amada. Era su pilar, quien la acompañaba a todas partes, velaba por ella; la cuidaba y amaba de mil maneras, la entendía siempre, y cuando no, buscaba los modos de poder hacerlo. Le levantó los ánimos cuando menos esperaba sonreír siquiera, la había hecho la mujer más feliz en solo doce meses.

Pero todo acababa hoy.

Sí, hoy. Hoy Mark cumplía tres meses de tener sus recientes veintiún años, un hombre ya. Y había pasado tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos, Mark ya había sido llamado, evaluado y estaba completamente listo para hacerlo. No era obligación su aun no tenía sus veintiocho, pero sus padres lo habían presionado para que sea así; "Mejor que sea ahora a siete años más tarde. Estas en tus mejores años, tu fuerza y energía será mejor a cuando tengas veintiocho". Palabras textuales de los padres de Mark. La señora Lee había hablado en persona con Mark, en presencia de ella y su marido, y de verdad que mordió su labio lo mejor que pudo para no llorar. El solo pensar en que su chico estaría fuera de sus brazos dos años, era una completa pesadilla.

Y hoy, específicamente hoy, era su ultimo día antes de entrar con sus amigos al servicio militar. Sí, Mark se iba al servicio militar.

Su mundo se vino abajo cuando le llegó la notificación a ella antes que a Mark de que había sido aceptado, que estaba completamente aceptado y todo estaba listo para él. Estaba devastada a niveles inimaginables, pensar en no tenerlo durante dos años era una pesadilla sin dudar; no tendría al chico de sus sueños, quien la amara y cuidara, quien la abrazara por las noches, le cantara o mimara. No tendría a su novio cerca y eso era, para cualquiera, una pesadilla.

Y para variar, Mark no iba a estar durante el día de hoy en la universidad, debía prepararse para irse esa misma tarde.

Ella prometió ir a verlo después de la universidad, que acompañaría a todos a dejarlo a las puertas de su zona, pero estaba complicado si al parecer su profesor de cultura estaba decidido a hacer la clase más extensa.

Y ahora podía decir que entendía a Kim; Jae llevaba ya un año dentro del servicio militar, y de verdad que no mentía cuando decía que Kim parecía alma en pena por los pasillos de su facultad, le hacía falta su complemento. No estaba feliz como siempre, estaba menos animada y casi no estaba dispuesta a hacer desastres como de costumbre.

Mariam y Sae habían llegado a ellas cuando se enteraron de que Jae se iba a ir a hacer el servicio y que, este año, Mark también. Sae les contó su experiencia de cuando su esposo se había ido por dos años al servicio, no entendiendo por qué había dolido más los dos años de Mariam que el de su esposo.

Mariam le contó que ella había podido tener la opción de hacerla junto a chicas o con hombres; al tener a su padre siendo el general del ejército, ella tenía ese privilegio. Comentó que haya tenido miedo cuando entró por primera vez, sintió miedo de no ser bien recibida. Y vaya que tuvo razón.

Sus compañeros la probaron la primera semana, donde les enseñaron lo básico, y los dejó con la mandíbula en el piso a cada uno cuando, después de muchas pruebas, ella salió sobre saliente. Amaba tener un padre con esa iniciativa de haberle enseñado lo básico de las fuerzas.

Les dijo como habían sido las pruebas dentro, y como ella no había tenido preferencia por ser mujer o ser menos que ellos; ella fue una más dentro de su amplio grupo de amigos.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora