Capítulo 37

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Bajaron del auto a toda prisa, yendo directamente donde estaba la cinta policial evitando que pasaran, Mark buscó desesperado a su amigo quien de seguro está siendo parte de todo esto, necesitaba entrar a ver a su novia.

Jae estaba a su lado, jadeante e igual de desesperado que él, ambos buscando con desespero a sus parejas, necesitaban verlas, sacarlas de donde estaban. Y era frustrante no poder ayudar por ser civiles.

Sus ojos se abrieron cuando vieron a Hyung con su impecable uniforme saliendo de uno de los vehículos, vistiendo una chaqueta que tenía la sigla de su institución en la espalda en color amarillo, sus pantalones y chaqueta negros. Serio, buscando a sus compañeros.

Hyung se acercó de inmediato a JaeBum, quien estaba con su mano evitando que pasar los demás, a su lado está Yugyeom y Wooyoung, ambos serios. El ultimo salía de una pequeña junta que había hecho con los demás oficiales. Él, siendo líder de la "tropa", se acercó buscando información.

–Rápido, reporte –ordenó, Wooyoung se paró frente a él, mostrando las cámaras de seguridad desde una tableta. Hyung la recibió.

–Tienen un total de cuarenta rehenes, una embarazada y tres ancianos. Son nuestra principal prioridad –Hyung asintió, permitiendo que continúe– Pensamos entrar por la parte trasera, parecen ser jóvenes en esto, no tienen mucha experiencia más allá del uso de armas, mi capitán.

–El equipo.

–Está alistándose, lo lidera el cadete Tuan –Hyung asintió– Irán JaeBum y San, yo iré también. –hyung asintió de nuevo.

–Perfecto, ¿Ya están listos?

–Sí, los planos están casi listos. Están poniéndose la ropa de seguridad.

– ¿Qué hay de ti?

–Tengo mi chaleco antibalas, señor. Mis armas las tengo en mi bolsillo y el casco lo tengo ahí –señaló la carrocería de una de las patrullas.

–Perfecto. Pueden operar. Cuidado, por favor –pidió, el pelinegro sonrió y asintió.

Wooyoung corrió donde están los demás, tomando el arma del líder del escuadrón, una pistola negra que fue a parar a su cinturón negro, la metió a la funda y se puso su casco. No quería pasarse de confiado con los que estaban dentro, que, pese a que estaban siendo bastante nuevos, cosa que era bueno, sabían bien usar el arma. MinGi podría confirmarlo, había entrado para poder tratar "lento" a quienes estaban dentro, llevándose de regalo una bala en su brazo derecho y un corte en su pantorrilla. Demonios que sabían usar sus habilidades.

Por eso el código para hablar no se usa con este tipo de situaciones. Pensó.

Asintió cuando el líder del escuadrón preguntó su acaso estaban listos, suspirando. No era la primera vez que hacía este tipo de trabajos, tampoco sería el último. O eso espera, en situaciones así nunca sabes cuándo será tu última misión o tu último día de trabajo. Cada día es un día con más sorpresas, desde ayudar a una mujer para sacar a su ex de su casa hasta lo que vivían ahora.

Claramente era una barrera extremadamente grande de importancia.

Wooyoung caminó de costado por las paredes, asintiendo cuando su amigo le señaló que debía seguir por la derecha, tal como indicaba el plan de antes. Él por la derecha junto a San hasta dar con la puerta trasera, donde podía dar con la bodega de la tienda, entrarían por ahí para dar con los dos más fuertes de la zona.

San le siguió de cerca, llegando donde se suponía estaba la puerta. Abrieron con cuidado de no hacer ruido, haciendo señas para seguir, Woo alzó su arma al momento en que abrió levemente la puerta que daba con la tienda desde la bodega, asintió en dirección de su compañero para continuar. Pasó él antes que su amigo, no quería que San saliera dañado si él podía impedirlo.

Quédate conmigo | Mark Lee | Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora