Capítulo 19

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Sofia...

Después que nos "dieron de alta" se le podría decir, nos llevaron a una especie de comedor para darnos unas pastillas que aliviarían los dolores que teníamos ambas y desayunar. Era un desayuno muy rico y pacífico, ninguna de las dos hablo, por mi parte tenía mucha hambre, mi panza estaba pidiendo a gritos algo de comer.
Ella no sé porque no hablo, pero se veía que disfrutaba de la comida.
Al terminar, nos levantamos y nos acercamos a la enfermera que nos había atendido, yo estaba un poco nerviosa, pues ¿de dónde pagaremos? Pero oh sorpresa que me lleve, resulta que el "a-mi-gui-to" de Sandra dejó todo arreglado para nosotras.

Cuando la enfermera se retiró y nosotras nos quedamos esperando unas cosas que dijeron tenían que darnos le hablé a Sandra:

-uuuy tu novio te cuida- en tono burlona se lo dije, pero se lo tomó muy a pecho.

Cállate que no es mi novio!- cuando lo dijo sus cejas si se fruncieron pero cuando ya no le dije nada, sus labios se relajaron e hizo una leve sonrísa. Como si mi comentario le diera felícidad o simplemente le gustó el gesto que él tuvo con ella.

Yo no sé ¿qué tiene de "bonito" el amor? No le veo sentido, no creo que sientas algo descomunal, algo uff que "súper" menos por una persona que apenas si conoces, ¿o no? ¿Estoy en lo cierto?

Cuando llegó la enfermera nos dió unas pastillas para aliviar cualquier mareo que pudieramos tener por los golpes que nos habían dado las viejas descaradas. Nos dijo también la señorita que fueramos donde el alcalde para dar nuestra declaración, a mi esto me huele a que es puro pretexto para verla.

Fuimos a la oficina del alcalde, nos atendió bien, pero no sentí que hubiera la misma emoción por parte de él como la primera vez, que hasta empalagaban de lo dulce que eran los dos. Hasta me atrevería a decir que él se encontraba triste, la razón....me es desconocida. ¡Cuantos problemas trae que una persona te guste!

Cuando ya casi nos ibamos, ella dijo:

-Rodrigo, ¿te puedo pedir un último favor?- ella llegó muy alegre, pero ahora se escuchaba muy triste, ¿de qué me perdí miemtras me secuestraron?

-claro que sí Sandra. Tú pidelo- ay sí, casi le dice que si quiere el universo se lo pone a sus piés. Que ridículo.

-¿Me pudieras prestar un mapa? Para continuar nuestro camino, necesitamos saber hacia donde vamos- wowow, no es que no me quiera ir, pero...¿de qué nos va servir tener un mapa de aquí? Si lo que necesitamos es un mapa para volver a casa, está claro que eso no nos ayudará.

Él asintió con la cabeza, se desapareció unos pequeños minútos y cuando volvió, trajo consigo 3 mapas, los cuales eran del pueblo, a las afueras y el último venía marcado con los ríos que hay y las zonas peligrosas que debíamos evitar. Todos lo mapas se los obsequió, que él como alcalde tenía otro juego de los mismos. ¡Sandraaaaa que pegueee tieneeess!

Ella le agradeció su apoyo y ayuda y nos fuimos. Ibamos a pie, después de unos 15 minutos salímos del pueblo, caminamos otro tanto, cuando dejamos el pueblo atrás, mis dudas me consumían y no aguantaba más, así que le pregunte y rompí el silencio que había.

Sandra....

Venía pensando en lo feo que sentía el dejar al alcalde, porque mi corazón me dolía, pero lo ilógico es que solo me gusta, no es para que me enamorara ya tan rápido de él. Además, Mario era el chico que me gustaba desde tercero de secundaria incluso ahora en mi segundo año de preparatoria seguía clavada con él. Sabía que no podía ser su novia porque según él sólo soy su mejor amiga, aunque eso me doliera lo aceptaba, pues era mejor eso a nada.
El hecho que sienta feo el tener que irme, el tener que aceptar que no podré verlo me hace sentir rotundamente mal, lo cual me extraña de mi misma y me preocupa.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora