Capítulo 26

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Sofía...

Me sentía un poco mejor de mis costillas, respiraba mejor y sentía el calor de una especie de venda.

Abrí poco a poco mis lindos ojos, me ví en una casa del árbol, creo. Es que todo se veía tan rústico, tan... Campirano por llamarlo de una forma. Al rededor había un delicioso olor de sopa de hongos (sospecho que de hongos porque en ocasiones las hace mi mamá) así que lentamente me fui levantando. El hombre que había empezado a bajar su lanza cuando estabamos Sandra y yo, estaba sentado junto a una olla de barro. Lo reconocí por su vestimenta, que se veía más fina que la de los demás hombres que lo acompañaban, por ello creo que es el líder del grupo.

Cuando notó que me estaba levantando, se acercó rápidamente a mi, no niego que me siento asustada, tanto que incluso me hice para atrás tratando que no me tocara. Cosa que resultó inútil, porque choqué con un ¿muro o tronco? No sé pero algo de la casa; su rostro transmitía paz, me calmaba, aunque su semblante era muy rudo tenía una piel muy blanca, unas pestañas sumamente tupidas y negras, sus cabellos eran color plata, sus ojos cual el color del océano y unos labios color rosados que notaban que eran muy carnosos.

Su mano la llevó a mi cuello, después de un minuto de tomar mi pulso, se levanto y tomó un tazón igual de barro en el que vertió un poco de la sopa que había en la olla.

Lo tomé lentamente porque no creo que sea bueno confiar en alguien tan rápido, ¿qué tal si era veneno? No, no, no,  me debo de cuidar también.

Cuando lo tenía en mis manos mi lengua me tuvo que traicionar porque inconcientemente lamí mis labios saboreando la sopa, ya que ésta olía muy bien y lucía riquísima.

-pruebala, verás que te gustará- dijo el hombre, mis ojos se abrieron de par en par y me quedé unos segundos mirandole, porque...¿qué no hablaban otro dialecto cuando estaba con Sandra? Respiré profundo y le di un sorbo a la sopa.

-¿qué te ha paresido?- preguntó después que la probara. No le ocultaré la verdad.

está buenísima! Está muy rica, es la mejor sopa de hongos que he probado en mi bellísima vida. Hmhm ni a mi mamá le queda así de rica- no podía dejar de comerla, es más hasta olvidé lo que había pensado del hombre.

Él solo miraba como comía, a mi ni me importaba, yo tenía hambre y estaba muy buena la sopa. Cuando me la terminé (después de 2 minutos y medio que me la dio) le devolví el plato y no ocultó su rostro de asómbro, pero no me dijo nada. Se sentó cerca de mi y comenzó a hablar.

-me llamo Jonah, soy el lider de weißer Schnee, * significa nieve blanca....-

Lo interrumpí cuando quise repetir el nombre de su tribu.

-¿¿bueish...??-  pero puso su dedo índice en mi labio, en señal que me callara, pero lo hizo ver de manera diferente a mi mamá por ejemplo cuando me calla, era tan tierno.

-es un nombre muy extraño para ti, pero solo es así porque cuesta trabajo hablar el alemán, pero puedes decirlo en castellano- me parecía un poco extraño, pero me salvo y trataré de olvidarme de su raresa por ahora.

Pase un rato con él, porque me explicaba que él habla el español, alemán y un poco de chino, por eso entendió lo que decía Sandra cuando ella no entendía su dialecto. Me explicó algunas cosas de mis hematomas (jejeje osea mis moretones) que sanarían pronto, pero que debía mantener reposo porque era una zona muy frágil y que por suerte no tenía rota ninguna costilla, solo se me habían inflamado los músculos que tiene la piel y que protege el hueso, (sí, lo sé, muchas cosas de medicina que muchos no entendemos, algo sad). Le expliqué que tenía que buscar a mi compañera Sandra, que era importante encontrarla, no le dije la razón y agradezco que no me cuestionara.

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