Capítulo 42

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Princesa Tania....

Nos presentó Sandra, el hombre parecía ser descente y era muy caballeroso con ambas, en especial con Sandra...era más que obvio que le encantaba.

Yo y sólo yo conocía el camino que llevaba con mi gente, Sandra quería ir a la par conmigo, pero él no la dejaba porque le ofrecía su brazo para que la llevara, cuando ella se soltaba él buscaba una excusa como una piedra, rama u hoja para decirle que tuviera cuidado y tomarla de la espalda o la mano. Este sí que era toda la leche.

En ocasiones llegaba a hacer gilipollas, por hacerla reír y lo más loco y extraño, era que sí le funcionaba, sí la hacía reír y mucho. En su mirada se veía que él sentía algo por ella.

Alcalde....

La veo, la miro, ¡que va! La contemplo, contemplo su belleza, su rostro lindo, su risa, su piel toda suave....es...es como tocar las nubes. Su amiga no es fea, pero no se puede comparar con esta belleza y Diosa griega que tengo entre mis manos. Una dama con su finura no debe andar por estos rumbos, vos deseo llevarla a un palacio, que fuere una reina, ¡ostia!estoy encoñao de ella. Es poco tiempo y no lo puedo creer, como su belleza nata me pudo cautivar en tan sólo un minuto.

Solo debo esperar, esperar que pasen 2 cosas. La primera y más importante es que su amiga Tania sea lo que creo que es. La segunda y lo que deseo con mi corazón es que lo que siento por ella.....sea recíproco.

Hasta ahora el camino ha sido muy seguro, no sé para que necesitaba mi ayuda, pero si me sirve para lo que quiero es más que suficiente. De ser así necesitaría alejar a Sandra de aquí, para que no se cabreé conmigo, porque conociendola es muy intensa. Es poco el tiempo que la conozco y ella dijo algo cierto, no la he terminado de conocer aún, más lo poco que he visto, si se molesta se pone muy brava, si bien eso es una de las cosas que me gustan de ella, no puedo dejar que ella sepa mis planes porque de ser así, la posibilidad de estar con ella se echaría a perder por completo.

Sofía con Jonah....

Terminamos de comer y estuvimos hablando un rato y ¿sáben una cosa? Era muy chévere hablar con él, estabamos relajados, reíamos y compartíamos algunas cosas de nuestras vidas. Como por ejemplo, que cuando niño solía jugar con su mejor amigo, quien dice era o es su sirviente personal, que se metían en problemas juntos. Incluso logré conocer un poco más de Nasha, resulta que ella es humana, que es hija de una humana y un elfo, el cual era muy amigo del padre de Jonah, el antiguo Rey. Nasha era o es amiga de Jonah, dice él que sigue siendo su amiga, al igual que su sirviente, pero que no les demuestra el afecto por cuestiones de seguridad para que no lo vean débil sus hombres, dice él.

Me parece un poco absurdo, pues creo que es mejor demostrar lo que uno siente que ocultarlo, ya que aparentar ser fuerte no te hace fuerte en realidad, al contrario puede demostrar que eres débil. Aclaro, no creo que Jonah sea débil, pero pueden verlo así, ¿no?

El día se nos fue muy rápido, tanto que ya eran las 5 pm, ¿en qué momento paso el tiempo tan rápido? Mientras seguíamos hablando sentados en la mesa, tomando té, entró sin tocar la puerta Nasha.

-Disculpeme Alteza.- habló en cuanto entró y nos vió hablando.

-No te preocupes Nasha, adelante.- respondió Jonah.

Nasha al verme fijamente, era como si ella no pudiera creer que estaba totalmente despierta.

-¡señorita! ¡Al fin despertó!- gritó corriendo a abrazarme. Su abrazo no era fuerte, pero en el podía sentir la alegría que le causaba que estuviera bien. 

-sí, jajaja, estoy bien.- respondí felíz por igual.

-¡señorita ya la extrañaba y me tenía muy preocupada!- dijo mientras se separaba de mí unos segundos. No la había visto así de contenta y de eufórica. Era lindo verla así.

-¿me extrañaste en serio?- pregunté con cierto sarcásmo.

Me miró fijamente y llevó una mano a su cintura.

-por su puesto que sí, además no fuí la única a la que le diste un susto. Su Alteza Jonah también se preocupo mucho.- dijo, en ese momentó volteé a mirarlo, sus ojos veían sus piés, tenía la cara roja y terminó por desviar el rostro para tratar que no le viere.

Cuando hacía eso, me gustaba ver sus pestañas de perfil, eran tan largas y lindas que me gustaría comtemplarlas a cada momento....¿qué estupideces digo? No, no, no. Hasta sueno pendeja, él no me gusta y no puede gustarme.

No quiero que me guste, no debe gustarme por el símple hecho que no quiero nada con nadie, la verdad ni me interesa saber que se siente que te tomen de la mano, que te digan que te quieren mucho, que....te abrazan y menos el poder decir....que tienes novio..... Sí, es mejor así, solteriux.

-claro, me tenía que preocupar, como invitada mía siendo el Rey. Además que es una amiga.- cuando dijo “amiga” me congelé, se me hacía líndo pero sentía raro. Era como si me dejara sonrojada.

Nasha por su parte, tuvo que ocultar su sorpresa, aunque creo que Jonah también la notó y no fuí la única que la vío.
Parecía que quería reír, tanto así que casi se ahoga con su propia saliva.

-¿te pasa algo?- preguntó Jonah, pero creo que fue nada más por molestar que porque le preocupe Nasha.

-no, nada su Alteza- respondió tratando de recuperar el aliento.

-debes tener más cuidado.- le dijo Jonah, su asombró incrementó más, era como si nunca le hubiera demostrado su preocupación por ella.

-bueno, Sofía.- habló poniendose de pié.

-me tengo que retirar, debo ver algunos asuntos del Reino.- me dijo.

Asentí con la cabeza y sonriendole respondí.

-claro que sí, no se preocupe y disculpeme de haberlo preocupado y de quitarle el tiempo.- dije colocando un poco de mi cabello tras de mi oreja.

-oye...- habló  acercandosé a mí.

-no debes culparte y no debes preocuparte por eso. Si hay alguien que tenga la culpa, soy yo. Yo te puse en peligro y por ello te pido disculpas.- me miró y tomó mi mano.

-quisá nunca me perdones. Aún así te pido disculpas.- besó mi mano y se dió la vuelta para irse.

Mi mano...mi mano.....¿la besó? ¿Es esto verdad? ¿No es un sueño? Nasha se quedó conmigo y ella sólo hizo una reberencia de despedida. Lo único que escuchamos cuando se marchó, fue la puerta cerrarse. Nasha y yo nos vimos llenas de asombro, no lo podíamos creer. Era como si fueramos las mejores amigas viviendo algo muy emocionante.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora