Capítulo 66

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Lachlan...

A que jovencita es ésta Sandra...de verdad que creo que es el doble de Nasha, sólo que Nasha es más hermosa.

Debo investigar ésto, si no todos me van a querer matar si no lo hago y más si no investigo a las Señoritas Sandra y Sofía, pero no debo dejar atrás a la princesa Tania. Sé las consecuencias que puede acarrear si la pongo bajo la mira sin investigar a las humanas, pues dirán que soy injusto y el Reino de las Hadas pueden tomarlo a mal y volveríamos a la guerra con ellas.

Es un asunto muy delicado que debe manejarse con delicadeza.

Rodrigo...

Demonios, no pude lastimar a Sofía, si la hubiera herído a ella, me habría dado cuenta si era su debilidad o no, escuché que él le pidió que no lo dejara sólo, pero eso lo pide cualquiera y más cuando es un rey que está sólo sin nadie que le quiera ¡Es obvio que no quiso morir como un perro! 

Pero...esto quizá no sea malo, lo herí y no lo pude lastimar, eso no importa tanto si pienso que los elfos pueden creer  que fueron las hadas, es decir que acusen a la princesa, ésto se volvería otra guerra y me darían la oportunidad de acabar con ellos.

No debo olvidar que pueden acusar a Sandra y a Sofía, por lo que debo sacarlas de ahí lo más pronto posible, para que no se vean envueltas en ésta situación.

Por ahora debo escapar, pues no deben tardar en venir a investigar y no puedo dejar que me vean.

Sofía...

Paso un interrogatirio y vengo a casa y vengo a otro. Sandra notó que mentí y ya me pregunto todo y obviamente tuve que explicarle lo que pasó en verdad, no fue mucho lo que mentí, pero quise protejer a Jonah respecto al contacto corporal y sobre que hablabamos que.... Una humana le gustaba.

Cuando le conté a Sandra ella quedó sorprendida y pensaba que lo había besado, pero no tengo el valor para hacerlo, me da miedo besar a alguien, me da miedo entregar mi corazón y me da miedo lastimarlo. Igual y soy egosita, por no querer salir herída por un mal amor, simplemente no está en mis planes ahora.

Eso fue durante el día, luego vino Nasha a llevarse a Sandra a su propia casa, ella se fue muy emocionada por ello, yo mientras me quedé sumamente preocupada por Jonah, ¿estará bien? ¿Se sentirá mejor? Un millón de dudas pasaron por mi mente.

Llamé a Nasha y pedí que me diera una capa negra, mi excusa fue que tenía frío y para estar dentro de mi casa la quería. No me creía por completo, pero me la trajo, mi vestido el blanco me lo habían cambiado ya que estaba roto de abajo. Me dieron uno gris de toda la parte de enfrente y blanco la parte de atrás, era manga larga y cuello redondo, era algo pegado pero me gustaba.

Al caer la noche, cuando ya no había nadie afuera, excepto los vigías, me dirigí a los aposentos de Jonah. Me pasé entre las sómbras de las ramas y con mucho cuidado, nadie me seguía y los vigías no me vieron.

Cuando llegué dudé en entrar, me temblaban las manos pero mis dudas las hice a un lado y entré. Todo estaba a baja luz, sólo dos pares de velas estaban encendidas. Ví la sombra de su cuerpo acostado en su cama. Fui rápido a su cama y lo miré dormir, descansaba tan plásidamente que me calmaba el verlo dormir.

Estaba satisfecha, dejaba mis preocupaciones de lado y me podía ir a mi casa a dormir, pero él murmuraba, como si mi sintiera. -So...Sofía...- movía la cabeza de lado a lado. Me volví a acercar, pero ésta vez mi rostro lo acerqué a su boca para escuchar lo que decía. -Sofía....no te vallas...-era como si fuera adivino y me viera mientras duerme.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora