Capítulo 55

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Princesa Tania....

Cuando volví ella ya estaba lista, era como si hubieran hecho mágia, yo llevaba un abrigo para taparle la parte que se veía de la armadura, cuando pedí una explicación, quien me la dió fue su novio Rodrigo. Dijo que se hizo invisible sola y que había quedado atónito y que él sólo le había ayudado a acomodarse el vestido. Sin embargo, algo me dice que hizo más de lo que dice.

Ya llegó el Rey Jonah de los Elfos, ya sonaron los tambores que lo anuncian, notifiqué a Sandra y a su...rshrsh amigo Rodrigo. Se acomodaron a un lado de su asiento todos, excepto Sandra y Rodrigo, ya que estamos siguiendo el plan de Sandra.

Sandra....

Estamos, digamos ocultos para ser llevados casi como si fueramos ofrenda ante el Rey. Estoy muy nerviosa, pero debo calmarme o saldrá desastroso todo. Rodrigo me toma de la mano y no me pone más nerviosa él, solita ya me puse nerviosa así que él no me puede poner más de lo que estoy, ¿me entienden? Aaahhhh ya no sé lo que pienso.

Reina Hada...

Jonah llega y hace la reverencia adecuada para las hadas, para ser un niño, está muy bien educado, recuerdo que sus padres eran muy buenos con él, por eso él debe ser así de corazón noble. Estamos en guerra, debemos ser fuertes, sin embargo reconozco su amabilidad y que es un buen rey, pues ha sabido mantener a su pueblo y aunque sea con treguas que se rómpen muy seguido han sobrevivido.

Yo me incliné para saludarlo, según corresponde a los Elfos, nuestros modos de inclinarnos son diferentes, siempre han sido así. Mientras yo llevo mis dos manos cerradas al frente y las junto para inclinarme y él lleva su mano derecha cerrada al hombro izquierdo y dobla un poco su cuerpo. Él hace un saludo de hada y yo el de un Elfo.

-me alegra que haya podido asistir Alteza.- saludé al levantarme.

-me alegra estar aquí para escuchar lo que tienes que decir.- respondió, su rostro era frío, como si nada le preocupara, para ser muy jóven sabe ocultar sus emociones, excepto cuando me referí a la humana.

-por favor, sientese Alteza.-hablé señalando las sillas.

Sofía...

Esta mujer me daba miedo, es una loca, en aquella ocasión estaba muy hostíl y ahora se ve muy servicial. Jonah me separó la silla en cuanto la reina le ofreció sentarse. Sin duda alguna ella me miró muy feo, no aguante mucho tiempo la mirada y la agaché.

Jonah por debajo de la mesa sujetó mi mano, estaba tan nerviosa que hice a un lado mi enojo hacia él que también la sujete y entrelacé mis dedos con los de él. La daga la traía, pero todos estabamos armados, así que hoy no pudieron decirme nada sobre las armas.

Jonah...

Sofía tiene miedo, no la culpo, yo también lo tengo, pero no por un tratado de paz o porque esto pueda salir mal, eso ya ha pasado con abterioridad. Temo por ella, au frialdad conmigo, su enojo conmigo, el que montara a caballo con Adal y que no pudiera ser conmigo....y la probabilidad que esto salga mal y la lastimen de gravedad, como en aquel sueño en el que ella estaba llena de sangre y junto a ella se encontraban mis padres. No lo soportaría y menos con todo lo que ha pasado entre ella y yo.

Al sujetar su mano quiero calmarla, pero quiero más calmar mis nervios, así espero poder sentirla por lo menos un poco más cerca. Ella no la rechazó, me dió una alegría inmensa el sentir sus dedos que eran finos y delgados con los míos.
Apretó mi mano, la verdad si tiene fuerza o tiene mucho miedo, pero eso reconfortaba mi corazón y a mi me calmaba y si a ella le sirve lastimar mi mano, que lo haga porque no me importa si es ella.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora