Rodrigo...
Tomé a Sandra entre mis brazos y le tapé la boca para evitar que gritara, pero nunca esperé que me mordiera la mano. Ella se logró safar y aún con las velas apagadas me dió una patada en la espinilla y me empujó provocando que me cayera.
-¿who are you*?- exclamó.
-¿qué?- pregunté consternado, pues...¿qué rayos significa eso?
-¡vos no te hagaís el listo, decidme quién carajo sos!- gritó mientras se colocaba encima mío y colocaba su mano en mi cuello. -decidme, antes que te rompa la cara.- ¿sería capaz? De un movimiento ágil le quité la mano de mi cuello, la tomé de la cintura con mi mano contraria y la empujé para voltearla y que se invirtiera la cosa. Ella quedó abajo de mi, mientras yo veía su sombra de su rostro.
-¡suéltame imbécil!- gritó tratando de empujarme por mi pecho.
-vos no hablais así, además, ¿crees que soy un imbécil?- le hablé acercandome a donde calculo es su oído.
-¡ayy Rodrigo!- exclamó quejandose, luego dejó de pelear. -te pasas, me espantaste horrible.- habló como niña mimada.
-vos perdonad mi modo tan dramático de entrada, pero debía evitar que me viesen los soldados.- respondí levantandome un poco.
-bueno, pos ya quitate, ¿no?- habló sonando muy bromista. -¿quieres que me quite?- pregunté sólo por molestarla.
-sí, quitate, por favor.- lo que hice fue pegar mi pecho pero levanté mi pelvis, hablé a lo descarado. -no quiero, no me voy a quitar.- obviamente bromeaba.
-bueno entonces acomodate bien.- respondió, me tomó por sopresa, esperaba que peleara más.
-¿qui..quieres que me quede?-
-sí, pero si te vas a quedar..-tomó mi cuello de la camisa y me levantó para que quedara erguido mi pecho. -entonces acomodate bien o quítate.- habló muy seria y hasta sonaba amenazante. En cuanto me soltó me puse de pie y la ayudé a pararse.
Me dió mucho nervio la manera en la que me levantó, la postura en la que hizo que quedara, fue por eso que me quité de inmediato. Ella iba a prender vela por vela, pero le pedí que cerrara los ojos y que no hiciera trampa, cuando los abrió todas las velas estaban encendidas.
-¡wow! ¿Acaso eres mago o algo así?- preguntó sorprendida.
No pude evitar reír levemente. -¿por qué?-
-porque ésta es la segunda vez que me sorprendes con cosas así.
La primera fue con la armadura y..a no la tercera.-
-¿cuál fue la segunda?-
-la manera en la que entraste fue la segunda y la tercera es pues..esta.- sonrió nerviosa. Su risa me encantaba, me volvería payaso sólo por hacerla reír siempre.
-¿qué?- preguntó al ver que me le quede viendo con ternura.
-estaba contemplando tu linda sonrisa.- respondí acercandome a ella un poco.
-jajaja no inventes.- respondió, disfrutaba ponerla nerviosa.
-mejor dime la verdad. ¿Eres un mago o algo así?- volvió a preguntar.
-si te lo digo...¿puedo contar con que no os lo dirás a nadie?- pregunté galantemente.
-vos puede estar tranquilo, que de mi boca no oirá ni un pío.- ahora ella fue quien se acercó coquetamente, era como si se vengara de mi por darle nervios.
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Lazos lejanos
RandomUna historia de chicas que se conocerán de una forma muy peculiar y que se enfrentarán a peligros fantásticos. Tendrán que unirse y volverse amigas para regresar cada quien a su hogar. Dos naciones diferentes en dos personas, se formarán unos lazos...