Capítulo 50

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Jonah....

No quiero rendirme, no me rendiré, tengo que hacer algo para pedirle perdón. En mi camino de regreso me encuentro con Nasha que lleva la comida de Sofía. Se detuvo al verme e hizo una reverencia.

-Alteza Jo....-no la dejé que siguiera, la levanté y le pedí que no hiciera formalidades.

-necesito de tu ayuda.- le dije. En cuanto me escuchó decir eso, su rostro cambió.

-¿qué le hiciste? ¿Por tu culpa no ha comido?- me reclamó Nasha.

-en parte....sí- respondí como un niño regañado.

-ahora entiendo porque no me dejó pasar a la hora del almuerzo y se oía que sollozaba. -

-¿estaba desconsolada?- preguté estúpidamente.

-¡claro! Pero no me dejó pasar y no quería que le hablara.- respondió.

-ven, dame la bandeja de su comida.- le pedí.

-¿para qué?- la sujetó bien, como para que no se la fuera a quitar.

-damela, quiza pueda disculparme con ella.- respondí extendiendo mis manos para que me la entregara.

-esta bien, pero más te vale que no la hagas enojar más.- habló medio molesta mientras me advertía.

-¿de qué lado estás?- pregunté queriendo hacer que sonriera, pero sólo recibí una mirada fría y por respuesta.

-más te vale que ella coma. Te voy acompañar.- habló muy segura y se echó a andar sin esperarme. No sabía cómo le iba a hacer para que Sofía me dejara pasar y para que me perdonara, pero debo hacer algo.

Llegamos a la casa de ella, Nasha tocó la puerta, Sofía preguntó ¿quién? Nasha fue la que respondió, no me dejó que hablara. Sofía desde dentro, le dió permiso de pasar, pero ella se fue, sólo abrió la puerta para que pasara. Con nerviosismo extremo entré y la miré sentada en su cama despaldas a la puerta, se notaba que estaba llorando en silencio, pues su espalda subía y bajaba, signo de llanto.

-Nasha...¿te puedo hacer una pregunta?- no supe qué responder o cómo responder. Simplemente lo que hice fue . -hm- en modo de asentir.

-¿dejaste de amar a Jonah de la noche a la mañana?- me dejó frio esa pregunta, abrí mi boca para tratar de decir algo pero ella siguió hablando. -yo....no te voy a decir que lo amo, porque no siento eso en verdad...-hizo una pausa, pausa que se me hizo larga y por mi mente pasaron cosas, el saber si me gusta o símplemente lo estoy confundiendo con amistad....

-él me agrada, en toda la amplitud de la palabra, es muy bueno, es inteligente, es un gran estratega y...lo poco que he visto de su modo de gobierno, es fabuloso. No es mal parecido, a veces creo que es mejor que un modelo de los que soy gran fan. Pero lo de hoy....no sé....quiero decirle que le perdono, que fue mi error el haber exagerado y que me disculpe por la bofetada pero.....- todo lo decía con muchos suspiros, como si jalara el aire que no podía tener por sus lágrimas.

No sabía yo cómo sentirme, si alagado por decir que le agrado o si sentirme terrible por lo mal que la hice sentir. Ella prosiguió. -si lo hago...¿significará que lo dejo que haga lo que él quiera?- casi se gira pero coloqué mi mano en su espalda haciendo que se mantuviera en la postura en la que estaba.

-no quiero no perdonarlo, pero no sé hacerlo, él...hace rato me abrazo y me dieron ganas de abrazarlo por igual, pero a su vez de quitarlo y que no me tocara.- cada palabra suya era un golpe, peor que la bofetada que me dió ella.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora