Sofía...
¿Qué es lo que va a anunciar? ¿Para qué pidió que estuvieramos aquí al igual que las hadas?
-....hoy les voy a notificar..... Que he decidido aceptar el compromiso con la princesa.- extendió su mano hacia ella, la tomó y se paró a un lado de él.
-ella será vuestra nueva reina.- expresó y el pueblo aplaudió de inmediato.
¿Qué estaba diciendo? ¿No había dicho que se casaría conmigo? Me dí la vuelta para irme, pero el pueblo no me dejaba pasar por la gran felicidad que les causaba tener una reina. Empujando y como pude, me fuí de ahí, mis lágrimas caían por mi barbilla y Sandra me alcanzó, colocó su mano en mi espalda a modo de consuelo. Me llevó a su casa que estaba más cerca que la mía.
-Sofía, no puedes estar llorando por ese güey.- habló en cuanto entramos.
-es que....siento feo en mi corazón..- respondí entre llanto.
-pues sí, puedo imaginar lo que se siente, pero no por eso le llores como una cascada.-
-¿cómo es como una cascada?-
-pues así, estás llorando noche y día por él desde que te dieron celos por la princesa Tania.- me habló un poco fuerte.
-bueno, ¡ya no me regañes!- me quejé.
-sé que te puedes sentir mal, pero tú se lo dijiste ayer y es algo cierto. No puede decir que te ama porque no te conoce, por tanto ahora ¡aplicalo a ti misma!
No llores, porque no tienes razón para llorarle, ¿que le quieres? Sí, quierelo y si le lloras porque lo quieres se vale. No te digo que no caiga una lágrima por él, no tampoco, sería ser insencible. Pero sí te digo que no le llores como si ya estuvieras tú enemorada de él, ¿estás enamorada de él?- preguntó luego de estarme regañando peor que mi propia madre.
-es que...ese es el asunto. Me gusta....al menos eso creo y quererlo, no estoy segura...- hablé con miedo pero era la verdad.
-ese es tu problema Sofía...- habló más enojada. -no sabes lo que quieres, ¿no sabes si te gusta? Es más que obvio que te gusta, me atrevo a decir que te encanta.
A ver, ¿te has besado con él?-
-¡Nooo! Si no soy tú...- se movió y se paró atrás de mí.
-¡no seas pendeja!- me dió un golpe en la cabeza.
-¡oye! ¿qué te pasa?- pregunté enojada.
-no digas pendejadas, sí me besé con Rodrigo pero al menos yo sí sé que me gusta mucho y que se ha dado a querer, por tanto, yo sí sé que lo quiero, no como tú que lloras y lloras y no sabes si quieres, si te gusta o no. ¡No puedes andar por la vida así!- habló enojadísima.
-¡no! No me he besado con él, hemos estado a punto de hacerlo pero no nos hemos besado.- respondí.
-uyy han estado a punto, ¿tú te acercas para el beso?- pinche Sandra, primero bien enojada y ahora le baja y cambia.
-pues....cierro los ojos y ayer....estaba a punto de besarme, cerré los ojos y me acerqué a él, al final lo empujé pero sí deseaba el beso...- hablé con algo de pena.
-entonces sí te gusta y sí lo quieres, esas son tus respuestas. El querer besarlo podría ser que solamente te gusta, pero lloras por él, sientes celos por él, así que le quieres.- la sentí como si supiera de éstas cosas, como si fuera una mamá.
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Lazos lejanos
De TodoUna historia de chicas que se conocerán de una forma muy peculiar y que se enfrentarán a peligros fantásticos. Tendrán que unirse y volverse amigas para regresar cada quien a su hogar. Dos naciones diferentes en dos personas, se formarán unos lazos...