Capítulo 32

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Sofia....

¿Qué habrá allá arriba? Sigo pensando, pero grita Jonah haciendo que me espante.

-¡vamonos!- ¿eh? ¿Cómo que nos vamos? Si venimos a buscarla y parece que la hemos encontrado, ¿cómo que nos vamos?

-no...- hablé al ver que se estaban retirando según las órdenes de Jonah. Él se giró y me miró de una manera extraña, su mirada no era muy expresiva, pero se podía notar que era como de desafió. La mía no sé como será pero no le quitaba la vista de encima mientras pienso que le digo.

-Es una órden mía, he dicho vamonos- repitió con tono más firme y comenzó a andar, la gente que venía también, caminaron pero volteando a verme.

Fui corriendo donde Jonah y me paré justo enfrente de él.

-pero...¿por qué? No hemos encontrado a mi amiga, a eso veníamos- mientras le decía esto, parecía que lo hacía sentir incómodo, pues su lengua pasaba por la parte de abajo de sus dientes, no se veía la lengua obviamente, pero se veía el movimiento de la piel cuando pasaba y levantaba su rostro como para que no lo viera.

-Sofia...no desafies mis ordenes, te explicaré llegando- pareciera que se calmó, pero no era mucho, algo era importante pero no quería decirme.

Dejé que caminaran y me quedé hasta atrás, para que no me vieran y poder escabullirme.

Llegué al árbol donde habían estado ladrando los perros, no podía trepar por las ramas porque pues no había ramas que pudiera alcanzar.

Lo curioso es que cuando empecé a rodear el árbol, empezó a haber un brillo rosado como con diamantina dorada, como el famoso polvo de hadas que salen en las películas, un olor era nuevo, como el de fresas frescas. Hhmm no podía dejar de olerlo, me encantaba ese aroma fresco.

Cuando llegué a lo que parecía una puerta del árbol viejo, entré en él.

El árbol viejo y feo tenía una puerta que se parecía a las que había en el palacio de Jonah. Una puerta gigante, de madera (obviamente) una figura como de una espada en un lado, pero en el otro había algo que no tenían las de Jonah, era una especie de mariposa. Alguien que ama las hadas podría decir que lo era, pero hay que ser un poco lógicos (esperen...esto es un mundo loco, ¿qué tal si sí es un hada?) cuando quise abrir la puerta, una mano golpeó la mía evitando que si quiera la tocase.

-oiga.. ¿Pues que le pasa? A..- le grité al tipo que vino golpear mi linda mano y que con su mano con olor a perro cubrió mi boca para callarme. Luego me tomó del hombro y me quitó donde estabamos, o sea...me tiró a los arbustos.

-Señorita por favor, guarde silencio- me soltó mi boca y me pidió que me callara. Me quedé mirandolo con mucho cuidado y tratando de analizar ¿qué había pasado? Sobre los arbustos se escuchaban unas especies de motos, cuando levanté la vista vi unas escobas volar y unas risas horrendas. Era lo que yo creía que era....

-son brujas, quedate quieta o nos verán- me indicó el joven. En este caso hice caso, porque no todas las brujas pueden ser buenas, según mi experiencia leyendo y viendo películas, además no olvidemos las brujas que me capturaron y me quisieron matar, nunca las olvidaré desgraciadas brujas.

Cuando se fueron, él se empezó a levantar y me ayudó a ponerme de pié y comenzó un regaño que no correspondía.

-señorita, ¿qué tratabais de hacer? ¿Vos querías que la mataran?- me lo dijo en un tono un tanto enojado y sus ademanes eran por igual, aun que exageraba.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora