Sandra...
Mis ojos se abrieron de par en par, no podía controlar el escalofrío que le causaba a mi piel, como si se me enchinara, el que me hablara al oído era extraño, pero...lindo a su vez.
Me giré abruptamente para mostrar mi supuesto enojo.
-oigame bien, yo sé que soy hermosa y linda, vos no teneís que venir a decirlo. Ahora que su herída se encuentra bien, podeís continuar con vuestro camino que yo seguiré el mío.-
Él se asombró por la manera en la que le había hablado, quizá exageré un poquis...bueno más o menos.....okay okay mucho, exageré mucho muchote. Pero no quise demostrar lo que pensaba, así que es mejor no moverle y seguir fingiendo estar molesta.
-vos estáis cambiadísima Sandra.- habló asombrado. Se acercó poco a poco y colocó sus manos en mis hombros.
-vamos Sandra, yo sólo bromeaba, ¿me vais a decir que no teneís un sentido del humor?- habló sonriendo ligeramente.
-muy bien- le dije haciendome para atrás y mirandolo directamente a los ojos.
-supongo que vuestra broma, no fue de mi agrado, pero lo dispenso.- dije segura.
-ahora...si me disculpa, debo retirarme.- me dí media vuelta sin esperar respuesta de él. Me dolía un poco dejarlo así, pues que más quisiera yo hablar con él como ese día que hablamos horas y que cenamos muy a gusto, sin embargo ahora no podía, pues necesitaba reunirme con la princesa Tania.
Princesa Tania oculta en el bosque.....
No sabía quien era ese hombre, pero ella se portaba un poco salvaje con él pero también se veía dulce en algunos momentos, cuando lo curó lo hizo con una delicadesa absoluta y como se acercó a ella a decirle algo a su oído era...como si hubiera algo entre ellos dos y fuera totalmente mutuo.
A mis instintos de hada no los engañan y era obvio que esos dos se gustaban, algo pasaba entre ellos, pero ninguno lo quería aceptar, era como si a Sandra le asutara algo.Se despidió muy feo y mal educadamente de ese pobre hombre, me daban ganas de darle de golpes en la cabeza grandota que tiene esa niña. Ella corrió a buscarme, pero yo no la veía, estaba viendo atentamente al hombre, que se quedó sumamente confundido y sin saber que le pasaba a ella.
-listo, podemos irnos.- dijo Sandra al llegar a mi lado. Me giré a verla y no dude en darle un golpe con la palma de mi mano abierta en la cabeza, ella se quejó en cuanto se lo dí.
-¿por qué me pegas?....pend..-no sé que me iba a decir, pero la interrumpí.
-¿qué pasó ahí? ¿Quién es él? ¿Es un novio? ¿Es un buen hombre? ¿Qué tal está su herida?- la bombardeé de preguntas.
-tranquila y no, no es mi novio, sí es un buen hombre, su herída ya está mejor, bueno al menos no fue grave sólo fue un rasguño casi casi.- me respondió.
-ah muy bien. Oye y ¿por qué lo dejaste así?- le pregunté.
-pues.... ¿No dijiste que teníamos prisa? Entonces andando- habló dando un paso para avanzar, pero la detuve del brazo y la jalé.
-dime algo.- dije seria. -¿puedes confiar en él?- le pregunté mirandola directamente a los ojos.
-sí, te lo podría asegurar.- respondió con firmeza.
La solté y me dí la vuelta para pensar, ¿podríamos dejar que nos acompañe al escondite de las hadas? Nos conviene pues nos protege de los pelígros que podamos encontrar, al menos eso pienso, a juzgar por la forma en la que sujetó a Sandra en modo ataque, creo que no estaría demás. Nosotras nos podemos defender, pero así aseguramos una protexión extra.

ESTÁS LEYENDO
Lazos lejanos
De TodoUna historia de chicas que se conocerán de una forma muy peculiar y que se enfrentarán a peligros fantásticos. Tendrán que unirse y volverse amigas para regresar cada quien a su hogar. Dos naciones diferentes en dos personas, se formarán unos lazos...