Lachlan...
Yo no sé Jonah qué le ve a esta chica, sinceramente es más guapa Nasha, pero a ella que ni la toque, porque Nasha no debe estar con nadie....es mejor que sean amigos nada más.
La señorita sólo me ve, me siento raro y más raro porque la tengo que cuidar yo, mejor le voy a decir a Adal que la cuide, según me informaron él se lleva bien con ella.
-entonces...¿usted me va a cuidar?- sonó tímida.
-parece que sí, sin embargo pondré a alguien más que esté cerca de usted y yo me aseguraré que todo marche bien.- respondí seguro y cordialmente.
-fresco, que yo no necesito un guarura ni una niñera.- lo tímido se le quitó en un dos por tres.
-mire señorita, no lo acepte por mí, hágalo por el Rey.- le pedí de manera descente.
-lo aceptaré por mi propio bien, pero no por Su Alteza. Con su permiso me retiro.- habló antes de salir de la habitación.
Fui con Jonah luego de un rato, estaban los soldados pero le hice señas que significaban que quería hablar con él a solas. Él las entendió como cuando niños y lo hacíamos para librarnos de los guardias que le ponía su padre el Antiguo Rey.
-oh Alteza, lindo día.- hice una reverencia a modo de juego.
-¿qué sucede Lachlan?- preguntó.
-ya veo porque te gusta, es brava y salvaje la chica. Tienes gustos raros, es medio cambiante de humor, se ve que es muy delicada para el combate y me atrevo a decir que no tiene mucha confianza en ella misma, pero en algunas ocasiones saca su lado feróz. Jajaja.- solté una ligera risa, pero Jonah seguía leyendo un libro de estrategia militar.
-¿me estás escuchando?- pregunté.
-sí, te estoy escuchando...-
-¿entonces por qué no dices nada sobre tus gustos? Dime ¿qué planeas hacer?- pregunté ansioso por saber la respuesta.
-Ella no me gusta.- fue su respuesta.
Sofía...
No le gusto....¿no le gusto? Soy una imbécil, ya lo sabía pero quise ser ciega y no quise aceptarlo. Todo paso porque iba a entrar a verlo y lo escuché. Estoy enfrente de la puerta y ya no sé si tocar o no.
Voy a entrar, bueno primero voy a tocar por si alguien le informa que estoy aquí.
-toc-tok-
-¿quién?- preguntó Lachlan.
-Sofía, se...¿se puede?-
-adelante señorita.- dijo Lachlan abriendome la puerta. Jonah estaba de pie junto a su mesa donde alguna vez tomamos el té juntos. Ahora al verla sentía un dolor en mi corazón.
-Majestad, buen día.- saludé inclinandome como lo hace Nasha.
-buen día Sofía. ¿En qué te puedo ayudar?- sonaba frío y seco, ahora entendía a que se refiere Nasha cuando dice que era como si no transmitiera emociones.
-oh sólo deseaba agradecerle por permitirme acudir a la reunión.- respondí.
-no tienes nada que agradecer, ya que estás aquí, debo preguntarte algo. ¿Sigues teniendo la daga que te di?-
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Lazos lejanos
AcakUna historia de chicas que se conocerán de una forma muy peculiar y que se enfrentarán a peligros fantásticos. Tendrán que unirse y volverse amigas para regresar cada quien a su hogar. Dos naciones diferentes en dos personas, se formarán unos lazos...