Capítulo 71

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Sofía...

Hace 1 hora me dieron la noticia Lachlan y Nasha, les pedí que me dejaran sola, ya mi cerebro se volvió lento, mis ojos se llenan de lágrimas, pero me las trago para que no caigan, sonrío falsamente, me dicen que no lo pueden cancelar y si Jonah lo hace puede ser riesgoso para la paz del reino. Sandra vino a verme, pero no quise abrirle, necesito estar a solas, para pensar con claridad, trato de separar mis emociones, pero no puedo, me invade la ira, la rabia, la cólera, el dolor, la tristeza....

Tomo té para pensar mejor, pero parece no funcionar, ¿qué debía hacer?

¿Qué rayos hago? No puedo interponerme, no soy de aqui, no puedo estar con Jonah, por algo decía yo que nadie me tiene que gustar, ¿y qué hice? Me gustó un chico que no es cualquiera, es un Elfo y es un rey que tiene deberes con su reino. Sólo puedo regañarme y reprocharme mientras mis lágrimas brotan de mis ojos, ya no logro contenerlas, mis mejillas y mi cuello se mojan por ellas, mi cabeza comienza a doler por tanto llanto e incluso siento que me falta el aire.

No pensé mucho, lo hice por impulso, pero fui a la alcoba de Jonah, mis ojos seguían mojados, pero no caían las lágrimas porque las sequé. Me quisieron detener pero les dije que era algo urgente, Lachlan me alcanzó y ordenó que me dejaran pasar. No se atrevió a detenerme ni a decirme nada, sólo me siguió.

-gracias por tu ayuda.- hablé antes de entrar con Jonah, él sólo me miró y asintió con la cabeza.

Lo vi recostado, su rostro que lucía tan perfecto, sus pestañas y sus cejas, ¿cómo pude pensar en algún momento que eras horrible y que no eras perfecto? Pensaba al contemplarlo.

-Jonah...- susurré al ponerme de rodillas junto a su cama. -si vas a despertar, es mejor que lo hagas ya.....te vas a casar y.....-hice una pausa y suspiré. -no será conmigo. No quería casarme de una contigo, si pudiera llevarte a mi hogar lo haría y entonces algún día sí me casaría contigo, pero tu lugar está aquí, el mío no....- pensé algo muy loco, algo que alguna vez hablé con Sandra.

-pero...¿me podría quedar?- preguntaba al aire. -me haces pensar en locuras, pensar si me quedo aquí y volverme un Elfo es algo loco y la única cosa que extrañaría de mi hogar es...mi familia.- hablaba como si pudiera oírme.

-ay Jonah, ¿qué hago?- me recargué en su brazo que estaba cerca de mi.

-quedate...que...quedate.- susurraba Jonah. Su respiración era agitada, como si le costara hablar. Tomé su mano y me puse de modo que si abría los ojos, él me viera.

-Jonah, despierta, por favor...- rogaba al cielo que lo hiciera.

-So..Sofía...- movía la cabeza como si tuviera fiebre. -aquí estoy.- afirmé esperando que abriera los ojos.

-no te vallas......yo...voy contigo....- ¿me escuchó entonces? ¿Será posible que sí venga conmigo?

-¿me lo prometes?- muy absurdo, sé que está inconciente, soy muy pendeja. -por favor...quedate....conmi...-no pudo seguir hablando, su poca energía que tenía la gastó hablandome. 

-que tiernooo- habló entrando la reina hada. Me levanté inmediatamente. -ay lo siento, ¿estás enojada?- me quedé callada a su pendejo comentario. -sólo no me golpees.- dijo burlonamente mientras entraba más a la habitación.

-¿qué quiere?-

-¿“qué quiero"? Cuidar de mi futuro yerno, claro está.- respondió acercandoce a él.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora