Capítulo 39

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Sofía....

Abro mis ojitos muy suavemente y con ellos puedo ver pequeños rayos de Sol que entran por la ventana y que da el reflejo a mi cabecera.

Empiezo a reflexionar qué paso, pues en mi mente aparecen imágenes confusas, que entrabamos a un castillo de hadas y que después me pelee con alguien, era Jonah pero...que después me herían con una flecha o algo así, ¿será solo un sueño?

Me quise sentar en mi cama pero al tratar de hacer el esfuerzo de apoyar mis brazos me dolió mi hombro y parte de mi pecho. Removí un poco la ropa para ver qué tenía y sí, efectivamente, estaba vendada y debía ser de una herida de flecha, entonces no fue un sueño, había sido una realidad absoluta.

Hice un segundo intento de levantarme, lo hice con mucho cuidado para no lastimarme y cuando por fin estuve sentada froté mi cabeza y comencé a recordar más de lo que había pasado la noche anterior.

Me habían herido; pelee con Jonah por matar a las hadas; una persona extraña andaba por ahí en la obscuridad y la Reina Hada me odió muchísimo. Creo que es lo más importante que se debe recordar de todo lo que paso anoche.

Giré mi cabeza a un lado de la cama y vi a Jonah acostado durmiendo. Me dió un sobre salto, ¡pensaba que estaba sola pero no! Él estaba aquí y por cierto, ¡¿qué hace aquí?! Es mi cuarto, no debería estar aquí, ¿me habrá visto dormir toda la noche? ¿Qué pasó mientras dormía?

Lo miraba toda rara, no entendía que rayos hacía en mi cuarto y durmiendo en mi cama. Quería despertarlo moviendolo todo y tirandolo de la cama pero, estaba durmiendo profundamente que solo podía mirarlo sin saber que hacer.

-jejeje...mmm-

Se estaba riendo durmiendo, estaba soñando y movía su rostro felízmente; Su espalda subía y bajaba por su respiración, su traje gris de sus ropas hacían una montaña con sus homoplatos y sus brazos; Su cabello como la plata que le cubrían pequeñas partes de sus ojos; Sus pestañas tupidas y largas que le cubrían su ojos; Sus labios lucían pálidos y su cara tenía facciones de estar muy cansado.

Me levanté con muchísimo cuidado, para no despertalo y claramente no lastimarme. Miré los platos del almuerzo colocados en la mesa, sólo había un juego de platos, es decir, solo 1 de los 2 almorzó, lo más problable es que fuera yo y no él. Me hizo sentir un pequeño golpe en mi estómago, que abusiva era yo.

Llevé mi dedo índice a mi boca y lo mordí suavemente pensando y mirando la cocina, a ver qué podía hacer para que almuerce o mejor dicho, que coma. Según los rayos del Sol parecía que eran las 3 o 4 de la tarde.

Había una papaya que con muchos trabajos pele, la pique y la serví. Había unas cacerolas de barro, bien puedo hacer una sopa...mmm pero necesito ver que hay para hacer una.
¡Al fin! Encontré espinaca entre las gabetas de la alacena. Lo preparé como lo hago para mí que me enseñó mi mamá. Al estar cocinando recordaba y extrañaba aún más mi hogar, cuando mi mamá y yo jugabamos en la cocina o que me llenaba de tareas para ayudarla.

Paso 1 hora y estaba terminando de hacer la comida, como platillo principal unos huevos que había en el cesto. Bien podía hacer otra cosa, pero para no salir o pedir ayuda de alguien más, los preparé sin ningún apuro.

-no...¡no!-

Comenzó a hablar fuerte Jonah, yo estaba sirviendo apenas la comida cuando le escuché. Fui a su lado y le coloqué mi mano en su espalda y ví que estaba teniendo una pesadilla.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora