Capítulo 57

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Sofía...

La verdad se me hizo raro la pregunta de Jonah, pero debía responderla.

-la diferencia entre gustar y atraer es que:

Atraer es que sólo te parezca alguien muy atractivo, guapo, hermosa, linda entre muchas cosas parecidas pero sólo así, sin más.

El que te guste alguien es que quieres y te interesa conocer a esa persona, por algo más que no sea sólo porque este bonito-bonita y ver si pueden llegar a ser más o ya por lo menos no te quedas con las ganas de conocerla.- respondí mientras le soltaba la mano y me detenía frente a él.

-ahora, Jonah....quiero preguntarte algo.- me paré ligeramente de puntas y le ví sus ojos hermosos. Se detuvo muy extrañado y cruzó sus manos atrás de su espalda.

-a ver dime tu pregunta.- respondió calmado.

-¿quién te gusta a ti?- fui directo al grano.

Yo estaba muy sonriente y quería saber su respuesta, por lo de la plática que escuché de la vez pasada.

Jonah...

Para esto no estaba preparado, no sé si decirle que ella es quien me gusta, decirle ¿qué?

-hmm- realizó ese sonido para llamar mi atención y que le respondiera.

-pues...no sé que decirte.- levanté la vista al cielo y quise seguir caminando, ella detuvo mi mano y me regresó en frente de ella.

-anda, mira...-alzó su dedo meñique. -pon tu dedo así.- me pidió. Le hice caso y ella entrelazó su dedo con el mío. -ahora repite después de mi.

Damos nuestra palabra...-esperó a que repitiera. -damos nuestra palabra..-

-con nuestro corazón...- hizo su pausa. -con nuestro corazón..- repetí. -que no romperemos lo que se promete y quien lo haga es un imbécil por toda la eternidad.- no pude evitar reír después que ella lo dijo.

-no te rías, anda dilo.- me pidió.

Lo hice como me pidió pero no podía dejar de reír un poco. Ella me soltó y me miró sonriente. -ahora con eso ya te prometí que no voy a contar nada de lo que me digas.-

-bueno, siendo así, creo que puedo contarte.- hablé acercandome a ella casi tocando su naríz con la mía.

-hay alguien, pero no sé si me gusta o simplemente me atrae.- respondí comenzando a caminar. Ella me empezó a seguir.

-¿y qué pasa con ella?- preguntó con su voz muy relajada, me resultó medio extraño.

-bueno, pues no estoy seguro de lo que siento, ella me acelera el corazón, ella se ha convertido en mi debilidad muy fácilmente, no puedo dormir o comer si ella está mal.- agaché la cabeza y me detuve. Ella se paró a mi lado.

-¿por qué te pones así?- preguntó colocando su mano en mi hombro, no sentía lo cálido de la misma por mi armadura.

-hice algo estúpido Sofía. Ella...no sé si me perdone. ¿Tú lo harías?- pregunté ya dejandome llevar por los efectos del alcohol. Ese vino no es fuerte, pero dicen sus leyendas que si tienes algo que decir importante, sin importar si quieres o no, lo vas a decir, pero sólo si es motivado por una emoción negativa. De lo contrario, no te hará decir cosas demás.

A mi ya me estaba haciendo efecto este vino. La miré levantando la cabeza ligeramente y ella tenía un rostro lleno de angustia, pero respondió. -sí, sí lo haría.- parecía que ella también tenía un poco de dolor que deseaba hablar.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora