Capítulo 82

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Jonah...

Busqué a Sofía por todo el salón, pero no la encontré, para mi suerte, la reina Hada me vió y me entretuvo pidiendo que no dejara sola a su hija, pero ella estaba hablando con una amiga así que pude poner eso como pretexto y seguir buscando a Sofía.

Cuando al fin la encontré, estaba con Adal platicando, lucía tan felíz que no me atreví a molestarla, quizá era muy egoista yo, siento como si fuera basura, en especial por el modo en que me comporté con ella. Me iba a dar la vuelta, pero pude ver que se acercó a ella la reina Nicolasa y venía en modo hostíl.

Me quedé observando mientras escuchaba las estupideces que decía ésta mujer, sonaba hasta ridículo. Me indignó cuando alzó la mano y la iba a golpear, Sofía sólo cerró los ojos.

Me apresuré a acercarme, sujeté la mano de la reina en el aire. -Alteza, por favor, ¿está discutiendo con una humana?- hablé serio, pero queriendo dar la impresión que quien me importa es la reina y no Sofía.

-Majestad, ¿por qué detiene mi mano? Permítame golpear a esta infelíz que se atreve a irrespetarme.- estaba realmente molesta. Sofía planeaba responder pero me coloqué justo enmedio de ambas y con mi otra mano con la que no había detenido a la reina, le dí un pequeño golpe en la mano de Sofía. 

-no debe gastar energía en una...- me giré para ver a Sofía, la miré con despresió y solté a la reina. -simple humana que no lo vale.- hablé con desdén.

-Alteza, entonces castíguela.- esa petición era más una órden, Sofía se enfurecía, pero yo giré mi cuerpo para quedar de frente a ella.

-¿quiere que castigue a una humana?- miré a Sofía y ella estaba molesta conmigo. Sujeté su mano, aparentando maltratarla y me acerqué ligeramente a su oído durante el forcejeo.

-confía en mí, sigue el juego.- ella se relajo y me miró algo confundida.
-ésta humana no vale la pena ni insultarla o voltearla a ver.- hablé fingiendo apretar su mano.

-¡entonces si no lo valgo, déjeme ir!- exclamó Sofía. Estaba fingiendo y lo sabía porque de haber querido que la dejara me hubiera vuelto a golpear.

-¡cállate!- hablé firme y aparentemente insensible.

-Alteza, ¿lo ve? Debe castigarla por ser...-

-¿irrespetuosa?- la interrumpí. -sí, es irrespetuosa porque no conoce nuestra cultura, sin embargo ha hecho otras cosas poco comunes que ha realizado bien aún para no saber nada de nuestras tradiciones.- afirmé.

-¿como qué?- preguntó indignada.

-el presentar sus respetos ante su hija, mi prometida y ante mí es algo que ella por no ser un Elfo o un Hada, no tiene la obligación de hacerlo y sin embargo viene vestida según nuestras costumbres y se inclinó de igual modo.- pude ver de reojo a Sofía, sentí como su pulso cambiaba, estaba lleno de enojo y de tristeza.

-¡entonces..!- no la dejé terminar.

-entonces querida Madre,* no te desgastes, que no se merece castigo, sólo perdonela por no saber las tradiciones. Además, es mi reino, yo decido a quien castigo y a quien no, en el vuestro, puede decidir lo que quiera que yo no interferiré.- hablé seguro y viendola con ojos de hielo pero molestos.

Se dió la vuelta y se fue. Adal cuando lo miré fijamente, parecía estar asustado y se retiró por igual. Quedamos sólo Sofía y yo, la solté de su mano al notar que no lo había hecho. -perdón si te lastimé.- hablé en voz algo baja.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora