Capítulo 38

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Nasha llegando a la alcoba....

Después de arreglar su almuerzo, emprendí el camino a la habitación de mi señora Sofía.
La habitación se había quedado vacía, hasta donde ví solo se quedó el Rey Jonah, pero me imagino que ya debió haber salido, pues no creo que se quede con ella tanto tiempo, él siempre ha actuado indiferente a estas cosas, ni si quiera en batallas donde han habido guerreros herídos, digamos que se preocupa lo normal, por la cuestión de medicina y que se salven pero más allá nada.

Cuando estaba a fuera de su “casa” se le podría decir, no pensé en tocar la puerta, simplemente acomodé la charola en mis brazos para poder abrir la puerta, ya estando lista abrí la puerta pero oh me llevé una gran sorpresa.

Mi sorpresa fue que sentado en la cama, tocandole la frente para ver si tenía fiebre y tomando su mano estaba el Rey Jonah. Me asombró muchísimo verlo de espaldas y haciendo eso, yo pensaría que ya se hubiera retirado dejandola sola, pero estaba con ella cuidandola y su cuerpo se veía como si en verdad estuviera preocupado.

-Alteza...-hablé en voz baja, haciendo una pequeña reverencia.

-Nasha...¿qué haces aquí?- preguntó tratando de cambiar su voz, como si quisiera llorar y lo disimulara.

-Majestad, vine a traerle el almuerzo a mi señora.- respondí rápidamente.

-oh sí, sí claro.- habló, pero como si se quisiera retirar. Pero algo en mí, me hizo querer hacer que se quedara con ella.

-Majestad, ¿gusta que le deje el medicamento y usted se lo da?-  le pregunté, de manera un poco tímida y la mirada agachada.

-amm, es ese su medicamento y su almuerzo, ¿verdad?- preguntó sin levantarse pero con una mirada curiosa.

-sí su Alteza, aquí está disuelto en el té de alpiste, el almuerzo está preparado según las indicaciones del chamán.- hablé muy cortezmente.

-está muy bien, entonces déjalo.-  respondió.

-muy bien Majestad.- dije acomodando la charola sobre la mesa de en medio de la habitación. Junto al almuerzo dejé también el traste con agua.

-Su Alteza....si mi señora tiene fiebre, aquí le dejo un poco de agua y su pañuelo.- le señalé colocándome junto a él.

-gracias Nasha, realmente aprecio tu forma de cuidar de....- hizo una breve pausa volteando a verla por un segundo. -la señorita Sofía- habló dirigiendose a mí.

-no hay nada que agradecer Su Alteza. Cualquier cosa que necesite, puede llamarme.- le respondí haciendo una reverencia y caminando de espaldas hasta llegar a la salida y retirarme.

Era obvio, era más que obvio, sí, lo que piensas tú pienso yo. Jaja sé que finges no saberlo, pero sé que tu mente deductiva lo piensa. Si no lo sabes o si no lo imaginas pues...entonces no puedo ayudarte amigo.

El Rey ha estado solo mucho tiempo, ni si quiera una novia o mejor amiga ha tenido, su único amigo que se pudiera pensar es su paje, quien lo acompaña desde que son niños. Realmente, nada extra ha tenido en su vida, su paje Alexandux no cuenta, pues es una relación amo-sirviente, pero no siempre fue así.

Hace muchos años, vivían como hermanos, eran amigos y confidentes. Jonah siempre lo trató bien, le daba el amor de un hermano, su corazón estaba lleno de amor que lo desbordaba cual los ríos de este bosque cuando llueve. Al morir sus padres, es como si su río de amor hubiera bajado sus niveles de agua, seguía estando, pero está oculto como un río de leyendas. Difícil de encontrar o mejor dicho, imposible de hallar.
Cuando subió al trono, el se quiso alejar de todos los que le importaban, como para no ponerlos en riesgo, ahora su paje siente que se quedó sin un hermano y ahora tiene el amo que no había tenido.

Lazos lejanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora