Capítulo 12

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Al llegar a la casa. 

Me bajo rápidamente del auto y entro. 

- ¡Jude! - grito firme. - ¡Jude! 

Ruby se acerca a mi casi corriendo.

- Kian, ¿Qué sucede? - me pregunta preocupada. 

- ¿Dónde diablos está Jude? - pregunto molesto. 

- Galadriel lo dejo en la pizzería hace un rato. - dice. 

- ¿Dónde está ella? - pregunto. 

- Ayudándome en la cocina. - dice perpleja. 

Me dirijo hacia la cocina y la veo parada de espalda, cortando verduras. Camino hacia ella, la tomo con fuerza del brazo y la hago girar para que me mire. Ella me mira con sorpresa y luego con miedo. 

- ¿¡Dónde está Jude!? - digo. 

- Yo... yo...

- ¡Deja de tartamudear y dime! 

- Lo... lo deje en la pizzería, quedo sentado en una silla. 

- ¿¡No lo volviste a traer aquí!? 

- No, no señor. - dice temerosa. 

- ¡Carajo! - grito molesto. Doy un golpe en las alacenas que tengo enfrente y vuelvo a la entrada. 

Agarro mi celular y le marco a Hayes. 

- Acá en el perímetro no está. - me dice él al otro lado de la linea. 

- En la casa no está. - digo. - Que alguien vaya a la escuela y lo busque ahí, los demás que lo busquen en los shoppings, plazas y jugueterías que queden por la zona. 

- Ya mismo. - dice Hayes. 

- ¡QUÉ TODOS ESTÉN BUSCANDO A JUDE! - digo y corto la llamada. 

Miro a Ruby. - Sube y habla con Aiden, ve si sabe algo, de donde puede estar. - le digo. 

Ella asiente y sube rápidamente por las escaleras. 

Veo que la chica está parada detrás, su rostro refleja preocupación.

- ¿¡Qué diablos quieres!? - digo molesto. 

- Creo... creo que se donde puede estar. - dice. 

- ¿¡Dónde!? 

- De camino no dejaba de hablar de ese parque de diversiones que menciono está mañana. - dice. - Dijo que quedaba cerca de donde usted trabaja. 

- Mierda, ese niño. - digo molesto. Me doy la vuelta para salir a buscarlo, cuando me detengo al oír su pregunta. 

 - ¿Puedo ir con usted? - pregunta hablando con ese tono tan suave. 

La miro.

Pensé que su mirada reflejaba temor por mi, o que le preocupaba el hecho de que pudiera hacerle algo, pero en realidad es preocupación por Jude. 

- Por favor. - dice ella, sacándome de mis pasamientos. - Solo quiero ayudarlo a encontrarlo. 

- Andando. - digo. 

Los dos nos subimos al auto. Yo voy conduciendo, mientras ella va sentada en el asiento del copiloto. 

- ¿Por qué diablos quería tanto venir al parque de diversiones? - digo molesto, rompiendo el silencio. Ella no dice nada. Suspiro. - Puedes responder. 

- Es... es solo un niño. - dice con ese tono de voz dulce y suave que es tan característico de ella. - ¿Acaso usted de niño no quiso algo con todas sus ganas? 

No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora