*ESTE CAPÍTULO PUEDE CONTENER CONTENIDO SENSIBLE PARA ALGUNOS LECTORES*
Galadriel
Una vez que el efecto del vodka y el calmante se pasa, acomodo mis ideas y decido que tengo que ir al asilo. Y está es la oportunidad, ahora mientras siguen esa reunión, que suelen tardar horas.
Bajo y vuelvo a pasar por la biblioteca, a lo que oigo que hablan en ruso. Me dirijo hacia la puerta, luego de tomar una de las llaves de los tantos autos. Iré más rápido que a pie. Solo espero no matar a alguien en el camino.
Abro la puerta y en ese segundo siento un golpe en seco directo a mi cabeza. Lo que me hace ver borroso y caer al suelo.
****
Abro mis ojos y lo primero que veo son sus ojos oscuros, mirándome serios.
- ¿Dónde intentabas ir? - me pregunta Andrey firme.
Miro a mi alrededor y veo que estoy sentada en el sofá, mientras él está sentada en un silla frente a mi. Roman está apoyado contra la pared, cruzado de brazos. Solo estamos nosotros tres.
Me viene a la memoria el golpe, al sentir como mi cabeza late.
- ¿Me has golpeado? - digo incrédula, llevándome una mano a la zona adolorida. Al observar mi mano, veo que está con sangre.
- No, no he sido yo. - dice y me vista se dirige a Roman, quien me observa con una sonrisa triunfante. Andrey me extiende una toalla húmeda, que la tomo y me la llevo a la cabeza. - Ahora responde, ¿Dónde intentabas ir?
- A dar un paseo por la ciudad. - digo. - Aún no he terminado de conocerla.
- ¿Con las llaves del auto? Tú no conduces, no tienes licencia.
- Aún así... - es lo unico que logro decir.
- ¿Aún así? Aún así, pudiste pedir que te llevaran. - dice. - Sin mencionar, que nunca te vas sin avisar.
- Lo siento, no sabía que tenía que. - digo. - Además, no quería interrumpirte. Se que estás muy ocupado estos días, más con esto que nos vamos.
- Te olvidas mi querida, que se cuando mientes. - dice. - Nadie logra engañarme, ni siquiera tú, con tus ojos bonitos.
Supongo que ya no sirve de nada que mantenga la fachada. Porque él realmente logra leerme como un libro abierto.
- Tú si que has logrado engañarme. - digo y no puedo evitar que mi voz suene decepcionada.
Y es que en verdad lo estoy. Nunca me sentí así de tonta.
- Nunca te he engañado. Siempre he sido honesto.
- Todo este tiempo fuiste tú quien ataco el clan Marshall.
- Eso no es engañar, nunca preguntaste.
- No pensé que tenía que.
- Sabes bien que no soy un empresario Galadriel.
- No entiendo el por qué...
- No hay un por qué. No es nada personal, solo negocios. - dice. - Él es el unico que está encima de mi. Y es una ofensa para los rusos, es por eso que nos unimos con los demás clanes pequeños de mi país. Nos deshicimos primero de los italianos y lo otro fue bastante sencillo. Me decepciono un poco, por lo que quise saber el porque. Y luego lo entendí. Tenía su cabeza ocupada en otra cosa... en una persona mejor dicho.
- Entonces, solo que me quitaste del medio para tener un oponente digno.
- Esa era la idea principal, pero luego te conocí y entendí el efecto. El efecto Galadriel. Si que me cautivaste. Y como te he dicho, no te he mentido en ningún momento. - dice. - Además de que era otra cosa en la cual vencerlo. Teniendo lo que él más quería.
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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)
RomanceÉl. Peligroso. Despiadado. Frío. Cruel. Criminal. Poderoso. Rico. El mejor en sus negocios clandestinos. Ella. Solitaria. Abandonada. Compasiva. Sumisa. Pobre. Pérdida. ¿Qué pasará cuando estas dos almas heridas se crucen? ¿Cuál de los dos se perd...