Capítulo 75

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*ESTE CAPÍTULO PUEDE CONTENER CONTENIDO SENSIBLE PARA ALGUNOS LECTORES*

Galadriel

Una vez que el efecto del vodka y el calmante se pasa, acomodo mis ideas y decido que tengo que ir al asilo. Y está es la oportunidad, ahora mientras siguen esa reunión, que suelen tardar horas. 

Bajo y vuelvo a pasar por la biblioteca, a lo que oigo que hablan en ruso. Me dirijo hacia la puerta, luego de tomar una de las llaves de los tantos autos. Iré más rápido que a pie. Solo espero no matar a alguien en el camino. 

Abro la puerta y en ese segundo siento un golpe en seco directo a mi cabeza. Lo que me hace ver borroso y caer al suelo.

****

Abro mis ojos y lo primero que veo son sus ojos oscuros, mirándome serios. 

- ¿Dónde intentabas ir? - me pregunta Andrey firme. 

Miro a mi alrededor y veo que estoy sentada en el sofá, mientras él está sentada en un silla frente a mi. Roman está apoyado contra la pared, cruzado de brazos. Solo estamos nosotros tres. 

Me viene a la memoria el golpe, al sentir como mi cabeza late. 

- ¿Me has golpeado? - digo incrédula, llevándome una mano a la zona adolorida. Al observar mi mano, veo que está con sangre. 

- No, no he sido yo. - dice y me vista se dirige a Roman, quien me observa con una sonrisa triunfante. Andrey me extiende una toalla húmeda, que la tomo y me la llevo a la cabeza. - Ahora responde, ¿Dónde intentabas ir? 

- A dar un paseo por la ciudad. - digo. - Aún no he terminado de conocerla. 

- ¿Con las llaves del auto? Tú no conduces, no tienes licencia. 

- Aún así... - es lo unico que logro decir.

- ¿Aún así? Aún así, pudiste pedir que te llevaran. - dice. - Sin mencionar, que nunca te vas sin avisar. 

- Lo siento, no sabía que tenía que. - digo. - Además, no quería interrumpirte. Se que estás muy ocupado estos días, más con esto que nos vamos. 

- Te olvidas mi querida, que se cuando mientes. - dice. - Nadie logra engañarme, ni siquiera tú, con tus ojos bonitos. 

Supongo que ya no sirve de nada que mantenga la fachada. Porque él realmente logra leerme como un libro abierto.

- Tú si que has logrado engañarme. - digo y no puedo evitar que mi voz suene decepcionada. 

Y es que en verdad lo estoy. Nunca me sentí así de tonta. 

- Nunca te he engañado. Siempre he sido honesto. 

- Todo este tiempo fuiste tú quien ataco el clan Marshall. 

- Eso no es engañar, nunca preguntaste. 

- No pensé que tenía que. 

- Sabes bien que no soy un empresario Galadriel. 

- No entiendo el por qué...

- No hay un por qué. No es nada personal, solo negocios. - dice. - Él es el unico que está encima de mi. Y es una ofensa para los rusos, es por eso que nos unimos con los demás clanes pequeños de mi país. Nos deshicimos primero de los italianos y lo otro fue bastante sencillo. Me decepciono un poco, por lo que quise saber el porque. Y luego lo entendí. Tenía su cabeza ocupada en otra cosa... en una persona mejor dicho. 

- Entonces, solo que me quitaste del medio para tener un oponente digno. 

- Esa era la idea principal, pero luego te conocí y entendí el efecto. El efecto Galadriel. Si que me cautivaste. Y como te he dicho, no te he mentido en ningún momento. - dice. - Además de que era otra cosa en la cual vencerlo. Teniendo lo que él más quería. 

No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora