Kian
Estamos sentados uno al lado del otro. El miedo aún no abandono del todo mi cuerpo, siento que me tiembla el alma. Esos minutos que me llevo llegar al asilo se me hicieron eternos.
Veo que ella teclea con rapidez con su celular. Para ser que se arrojo de una ventana, está más tranquila que yo.
- ¿Qué haces? - pregunto extrañado.
- Terminando de ultimar detalles para la gala. - dice sin levantar la vista de la pantalla.
- Pero Galadriel, ¿es que tú estás tonta o que demonios? - digo molesto.
Me mira confundida. - Disculpa, ¿Qué diablos te sucede?
- ¡A ti! ¿Crees que voy a dejar que sigas con esa tonta fiesta?
- No necesito de tu permiso Kian, no voy a faltar a mi palabra, las personas de la fundación ya cuentan con ese dinero. Tengo todo encargado, no me voy a echar a atrás.
- ¡Me importa un demonio la fundación!
- ¡A mi si me importa!
- Bien, yo te doy el dinero para que les des. Dime el monto que recaudaste el año pasado y te doy el doble.
- No se trata de eso. - dice molesta. - Tú mismo dijiste que no los dejarías ganar. Pues, yo tampoco lo voy a hacer y es lo que estoy haciendo, siguiendo como si nada. Porque no me afectan. ¿Cuál es tú plan? ¿Encerrarnos a todos en asilo? ¿Poner púas en todas las entrada e ir montando guardia en la puerta con armas y cañones?
- Cañones no.
- Hablo enserio Kian. - dice. - No nos vamos a quedar sentados esperando que vengan. Si quieren atacarnos bien, estaremos listos. - Esa fiereza con la que habla me enloquece. Mi esposa es asombrosa. Se me forma una sonrisa en mi rostro. - ¿Qué?
- Nada, es que me gusta mucho oírte hablar así. Eres algo así como la mujer maravilla, para mi.
- Ya basta, no bromees. - dice empujándome levemente.
- Lo digo enserio.
- Tú me diste la fuerza para convertirme en eso. - dice con una sonrisa dulce.
Suspiro. - Bien, seguiremos adelante con la fiesta. - accedo.
Pone una sonrisa triunfante, pero a los segundos se pone firme. - No nos volverán a sorprender...
*****
Ambos quedamos en silencio.
- Carajo... - es lo unico que dice Galadriel.
- ¿Está seguro? - pregunto.
- Si, está de seis semanas señora Marshall. - nos informa, luego de que entramos a su consultorio para que nos diera los resultados de todos los análisis generales que se hizo Galadriel, para corroborar que estaba bien de la caída.
- Carajo... - vuelve a decir bastante en shock.
- ¿Es un problema? - pregunta el medico.
- Pues si. - dice ella. - No lo sabía. Y estos días, no me estuve midiendo con el alcohol.
- Te olvidas lo importante, ¡Caíste de un tercer piso! - digo.
- Según sus estudios todo parece indicar que está bien. No se si se da cuenta de la suerte que tiene, señora Marshall. Más que los rapones, cortaduras y la torcedura, todo está todo bien. Pareciera que este bebe es un ángel guardián. - dice el doctor. - Ahora le haremos una ecografía para terminar el chequeo.
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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)
RomanceÉl. Peligroso. Despiadado. Frío. Cruel. Criminal. Poderoso. Rico. El mejor en sus negocios clandestinos. Ella. Solitaria. Abandonada. Compasiva. Sumisa. Pobre. Pérdida. ¿Qué pasará cuando estas dos almas heridas se crucen? ¿Cuál de los dos se perd...