Kian
- Genial, quiero que la mesa queda bien en el centro, pueden girarla de forma horizontal, así se aprovecha más el espacio. - dice Hardy.
- Pero, ¿Qué demonios haces? - digo con fastidio, al ver mi comedor lleno de desconocidos.
- Ah, estás despierto ya. - dice mirándome con una sonrisa.
- ¡Como para no estarlo! - digo. - Te puedo oír desde mi habitación diciendo que mi alfombra necesita terapia.
- Es que mírala Kian, está muy desecha.
- ¿Sabes que voy a dejar desecho? - digo.
- Supongo que tú peine, ¿te has visto la cabeza? - dice. - Deberías peinarte, parece que te has caído de la cama.
- Voy a matarte. - digo serio.
- Lo vienes diciendo desde que te conozco.
- ¿Necesitan ayuda? - dice Galadriel poniéndose a mi lado.
- Buenos días. - dice Hardy. - Otra cabecita que se cayo de la cama.
- O más bien fue empujada. - dice en un susurro.
- Únete al club. - digo.
- Oigan, eso no está recto. - le dice Hardy a los hombres que están cambiando de lugar la mesa del comedor.
- Vine antes de que lo mataras. - me dice la chica.
- Hardy. - digo firme, él me mira. - Si quieres revivir viajas pasiones por la decoración de interiores, te sugiero que vayas a la casa de tus padres, si es que ya te aburriste de la tuya. O puedes ir a la de Hayes, aún tiene el televisor sobre la caja en el que vino.
- No vamos a seguir teniendo está conversación en la que finges que no sabes que pasa, cuando no quieres algo, para que no suceda.
- En situaciones normales basta con solo decirlo. - digo.
- Pues está no es una situación normal. - dice.
- Si mal no lo recuerdo TÚ te ofreciste a eso. - digo. - No entiendo porque tiene que ser en MI casa.
- Porque le interesas tú, no yo. - dice. - No te quitaba los ojos de encima.
- Ah, ¿es que tienes una cita? - me pregunta Galadriel, con un tono raro de voz.
- ¿Qué? ¡No! - digo, mirándola. Parece más aliviada cuando lo digo.
- Si, tiene una cita con un jefe ruso. - dice Hardy. - Es de vida o muerte.... Literalmente.
- ¿Es que tienes miedo de que le manden a tus padres tu cabeza en una caja? - digo divertido.
- Ja ja ja. - dice con sarcasmo. - No bromees con eso, no viste las fotos.
- Escucha... - comienzo a decir.
Suena su celular y él observa la pantalla.
- Uh, las flores ya están aquí. - dice.
Está por caminar, pero lo detengo agarrando su brazo. Miro a la chica.
- Galadriel, ¿me haces el favor de tú recibir las flores? - le digo.
- Claro. - dice ella y se dirige a la puerta.
- Te he sido claro con que no lo quiero acá. - digo serio.
- Habíamos acordado con que cenaríamos. - dice.
- Si, en un estúpido restaurante. - digo. - ¡No en mi maldita casa!
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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)
RomanceÉl. Peligroso. Despiadado. Frío. Cruel. Criminal. Poderoso. Rico. El mejor en sus negocios clandestinos. Ella. Solitaria. Abandonada. Compasiva. Sumisa. Pobre. Pérdida. ¿Qué pasará cuando estas dos almas heridas se crucen? ¿Cuál de los dos se perd...