Kian
Cuando llego a la casa, por la noche, me dirijo hacía la cocina. Ella está sirviendo la comida en los platos, cuando se percata de mi presencia, levanta la vista y me mira.
- Hola, llegas justo para cenar. - dice volviendo la mirada a la comida.
- Yo no ceno Galadriel. - digo acercándome. - Ya deberías saberlo de sobra por los muchos intentos de Ruby de que lo haga.
- No puedes no cenar. - dice en tono de regaño.
- Pues, fíjate que lo llevo bastante bien.
- Tal vez ese es el motivo por el cual casi siempre estás de mal humor. - dice un susurro.
- Oye, que te he oído. - digo. - Estás tomando mucha confianza de repente.
- Lo lamento, Seño...
- No. - la interrumpo. - No uses la carta de decirme Sr Marshall.
Se gira, quedando frente a mi y poniendo sus manos en su cintura.
- ¿Cada vez que nos veamos vamos a tener siempre la misma charla? - dice. - Me agotó. Tú me agotas. Porque quieres algo pero no me dices el que. Y yo no leo la mente.
- No quiero nada.
- Si lo quieres, lo puedo percibir. - dice acercándose más a mi. - Tan solo dígalo. - su rostro está a unos centímetros del mío. Puedo oír su leve respiración. Ya no respira de esa forma nerviosa y agitada como solía cuando estábamos en la misma habitación. Si que lograba sacarme de quicio.
Quiero besarte. - pienso para mis adentros. Pero no se lo voy a decir. Porque si se lo digo, ella tendrá en control y no quiero que lo tenga, porque ahí si que ya valí verga.
Doy unos pasos hacía atrás.
- Con Hardy tenemos un evento a beneficio de un hospital de niños. - digo. - Y dado que le comente tú maravilla con él, insistió para que vayas.
- ¿¡Qué!? - exclama con sorpresa. - ¿¡Le has dicho!?
- Solo fue un comentario al pasar.
- ¡No puedo creerlo! - dice llevándose las manos a la cara. - ¿¡Por qué lo has hecho!?
- Te estas desviando del tema.
- No me estoy desviando, no podré volver a verlo a la cara.
- Le pareció muy divertido.
- Que bochorno. - dice. Su rostro blanco paso a estar rojo.
- Solo quería decir que te busques algo decente que ponerte.
Queda pensativa por varios segundos y luego levanta la vista para mirarme.
- Aguarda, ¿por qué tengo que ir?
- Porque es uno de los patrocinadores y te quiere ahí.
- ¿Por qué? - pregunta extrañada.
- Yo que sé, pregúntale a él. - digo con fastidio. - Yo solo paso el mensaje.
En realidad, yo soy el que la quiere ahí.
- Bueno, lo pensaré y le aviso.
- No, no. - digo. - No has entendido. No iba como pregunta, iba como orden.
- ¿Hardy me ordena que vaya?
- No, yo lo hago.
- ¿Y en que lo modifica a usted?
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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)
RomanceÉl. Peligroso. Despiadado. Frío. Cruel. Criminal. Poderoso. Rico. El mejor en sus negocios clandestinos. Ella. Solitaria. Abandonada. Compasiva. Sumisa. Pobre. Pérdida. ¿Qué pasará cuando estas dos almas heridas se crucen? ¿Cuál de los dos se perd...