No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)

Capítulo 24

Galadriel

Las semanas fueron pasando y llego diciembre. O más bien se está yendo diciembre. 

La operación de Ruby salió bien, pero aún así está en reposo, por lo que el Sr Marshall le pago una estadía en una clase de spa, para asegurarse de que haga reposo. Así que estamos sin Ruby, y el ambiente de la casa se siente raro sin ella. El Sr Marshall también está más distante que de costumbre, apenas si lo vemos, a veces pasan dos días seguidos en que no nos lo cruzamos ni por atisbo. Aiden desde su cumpleaños me mira distinto. Aún es algo frio y distante, pero creo que eso va más en cuanto a su personalidad. Me pregunto si será algo de los Marshall. Aunque Jude sería la excepción. 

Hoy es 23 de diciembre. Estamos a un día de noche buena y a dos de navidad. Será la primera vez que lo pase fuera de mi pueblo. No puedo evitar sentir cierta melancolía estos días, solían ser mis fiestas favoritas. Ahora son tan solo un recuerdo. 

Estoy preparando el desayuno, mientras Aiden lee un libro en la mesa del desayunador. Puedo oír los brinquitos de Jude acercándose a la cocina. 

- Buenos días Jude. - digo, mientras sigo teniendo mi vista en cocinar los pancakes. 

- ¿Cómo has adivinado que era yo? - me pregunta parándose a mi lado. 

- Tengo ojos en la espalda. - digo mirándolo con mis ojos bien abiertos. Sonríe. 

- Eso, o que no eres muy silenciosos que digamos. - dice Aiden, con ese tono escéptico tan de él. Le dedico una mirada de reproche, pero me mira como si le valiera una pepino. Y le vale eso. 

- ¿Podemos ir de compras? - me pregunta. 

- Eh, claro. - digo. - ¿Qué necesitas? 

- Pues, tenemos que comprar regalos para el árbol. - dice como si fuera lo más obvio del mundo. 

- ¿Qué árbol? - pregunto extrañada, ya que no han armado ninguno. En realidad, no hay si una esfera de navidad. 

- Pues el que está en el ático y que tú vas a bajar. - dice.

- ¿Hay ático? - pregunto extrañada. 

- Si. - dice. - ¿Bajaras el árbol? 

Miro a Aiden. - Hay uno bajo una sabana. - dice. - Pero debe tener tantos años como arañas. 

- No me gustan las arañas. - digo. 

- Anda Gali. - dice Jude haciendo esa mirada de perrito mojado, que sabe que no me puedo negar.

Suspiro. - Bueno, pero primero le preguntare a su hermano. 

- Buena suerte con eso. - dice Aiden levantándose y saliendo de la cocina con su libro. 

- ¿Y si decoramos uno de afuera en su lugar? - le digo al pequeño.

- No. - dice serio. - No es lo mismo. 

- Estoy segura que a Santa no le molestara. - digo.

Frunce más el ceño. - Santa no existe. - dice. 

- ¿¡Qué!? - digo escandalizada. - ¿¡Quién te dijo eso!? No creas todo lo que Aiden te dice, a veces solo quiere fastidiarte. 

- Fue Kian. - dice. 

Diablos. 

- Eh.... pues.... - digo. Él me sigue mirando serio algo molesto. Si, creo que al final Jude no va a ser la excepción. Suspiro. - Bueno. - accedo. Sonríe ampliamente. - Pero solo si tú hermano da la aprobación. 

- No va a contestarte. - dice. 

- Al menos lo intentaré. - digo. 

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