Capítulo 17

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Galadriel

Sigo mirando el techo, mientras estoy acostada en la cama, sin poder conciliar el sueño. La habitación se encuentra a oscuras, pero por la ventana entra el reflejo de la luz encendida de afuera, de la entrada de la casa, por lo que logro ver la silueta de Jude dormido de costado a mi lado. 

Acarició su espalda.

Me alegra que él haya podido conseguir dormir, es aún pequeño, por lo que dudo que haya logrado entender bien lo que sucedió hoy. En realidad, ni yo consigo entenderlo del todo aún. Solo se que no puedo quitármelo de la cabeza.  

Aún siento en mi interior ese terror que sentí, esa sensación de que mi vida se iba a acabar ahí, en ese pequeño galpón donde nos tenían encerrados. Realmente creí que esos dos sujetos nos dispararían... Va, siendo honesta, supuse que a Jude lo necesitarían vivo, sea por lo que sea que lo hayan capturado. Me reconfortaba saber que él estaría bien. Yo no tenía tan asegurada la vida, dudaba que el Sr Marshall quisiera gastar un centavo en rescatarme, hasta estos hombres puede que le estén haciendo un favor, dado que quiere deshacerme de mi desde que me conoció.

¿Cómo es que empecé el día haciendo sándwiches en forma de dinosaurio y termine amordazada y siendo apuntada con un arma?

Pensar en esos sándwiches me hacen recordarlo...

Yo de pequeña también les daba trabajo a mis padres a la hora de comer, así que mi padre empleo esa forma "divertida" de hacerme comer todos mis vegetales. Un día éramos dinosaurios comiendo hojas de la copa de un árbol, otro día éramos conejos comiendo zanahorias y así... siempre inventaba algo nuevo. 

Siento como mis ojos se ponen llorosos al pensar en él. Me levanto y me dirijo a la puerta, haciendo el menor ruido posible para no despertar al pequeño. Bajo las escaleras y voy para la cocina. Me vendrá bien un vaso de agua o incluso una taza de té. 

Me detengo, cuando al pasar por la oficina del Sr Marshall noto que está la puerta entre abierta y se ve la luz encendida. Quedo pensativa. Tendría que agradecerle por lo de hoy.

Me viene a la memoria su imagen cuando abrió de un tirón la puerta de la habitación donde nos tenían encerrados. En ese momento sentí como si corazón se aceleraba de la alegría, por fin pude sentirme tranquila. Y sigo oyendo su voz en mi mente cuando dijo: "Estarán bien". 

Inhalo y exhalo para tomar el valor de acercarme. 

No seas cobarde Galadriel. - me digo a mi misma.

Encamino para la puerta de oficina, no puedo evitar mirar dentro y logro verlo parado en el medio de la habitación. Siento como si mi corazón se paralizara. Tiene sus manos con sangre y los nudillos marcados, como si estuvo golpeando algo... o a alguien. Distingo en una de sus manos un arma. 

- Tengo hijos... - dice con temor una voz masculina dentro. 

- Una lastima que no los veras crecer. - dice él serio. 

Y lo siguiente que sucede me hace desear haberme quedado en la habitación en primer lugar.

Él levanta el arma y la apunta a lo que tiene enfrente, que no logro ver que es, y sin dudar, y sin una pizca de arrepentimiento en su rostro, presiona el gatillo y se oye el disparo. Su rostro queda salpicado de sangre. 

Respiro con dificultad y casi me orino encima cuando gira su cabeza rápidamente hacia mi y nuestras miradas se cruzan. Siento como corren unas lagrimas por mis mejillas. 

El Sr Marshall se gira y se encamina hacia la puerta. 

Mierda. Ahora si que me va a disparar. 

No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora