No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)

Capítulo 39

Gracias por tan lindos mensajes!

Siempre llega algo mejor🖤

Me alegra mucho que estén disfrutando la historia, realmente significa mucho para mi porque es algo que amo hacer.🥰🖤

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Kian

Cuando entro la secretaria me mira con sorpresa. 

- Sr Marshall. - dice. - Buenos días. 

- Buenos días. - digo. - ¿Está Hardy? 

- Si Sr, en su oficina. - dice. - ¿Quiere que...?

- No, no te molestes, ya voy yo. - digo caminado hacia donde está su oficina. 

- Me alegra verlo Sr. - me dice la joven. Le dedico una leve sonrisa y sigo caminando. 

Al llegar a su puerta la abro. 

- Te veré en la noche. - llego a oír que dice al teléfono, cuando se percata de mi presencia y me mira con sorpresa.  - Tengo que colgar. - corta al medio segundo que termina de decir la oración. - ¿Qué...?

- ¿Acaso estás saliendo con alguien? - pregunto con curiosidad. 

Me mira perplejo, queda pensativo unos segundos, con una mirada extraña. 

- Estoy acomodando mis ideas... - dice. 

- Parece que quieres hacer del número dos. - digo sentándome en una de la sillas. 

- Primero, no tengo nada que decirte sobre mi llamada privada. - dice. 

- ¿Desde cuando tú tienes limites? - digo. - Pareces disfrutar meterte en la vida de todos. 

- Segundo, creí haberte dejado en claro que no quería verte. 

- La ultima vez que corrobore seguías trabajando para mi. - digo. 

- Pues fíjate que le estoy pidiendo trabajo al ruso. - dice. - De hecho, hablaba con él. 

- Uy si, me imagino. - digo divertido. 

- ¿Qué quieres? - dice. 

- Pues quería que... dejáramos atrás los eventos de anoche. 

Me mira pensativo, como analizándome. 

- ¿Es que ahora Hayes te pasa de su droga mala? - pregunta extrañado. 

- Estoy tratando de hacer algo aquí, sabes. - Me sigue observando boquiabierto, pensativo. - ¿Qué tanto con las miraditas? 

- Es que estoy disfrutando este momento. - dice. - Porque, si no lo mal interpreto, te estás disculpando. 

- No me estoy disculpando. 

- Oh si, yo creo que si. - dice con una sonrisa divertida. - Sino, no hubieras venido hasta aquí. Tú nunca vienes aquí. 

- Estaba de paso. 

- Claro que no. 

- No voy a hacer eso. 

- Oh si que lo harás. - dice. - Porque está vez no te la haré fácil. Rompiste mis sentimientos. 

- Te he tratado peor.

- Pues no estaba en un buen días, así que me dolió más. - dice. - Anda, dilo. 

- No lo diré. 

- Pues vete. - dice. - Y nos vemos el año que viene, cuando considere si lo dejo pasar o no.