Capítulo 85

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Kian

Hoy es la noche de la gran fiesta, inauguramos otro hotel con casino. Hace un año que empezamos con está idea y por fin pudimos realizarla. Estas cosas solían no importarme mucho, pero esto es distinto, ya que es algo en lo que trabajamos los dos juntos. 

Eso si, ella se encargo de organizar todo para la fiesta inaugural de está noche. Vendrán muchas personas importantes, desde políticos, algunos famosos y personas de la alta sociedad. Que es al publico al que apuntamos siempre. Son lo que nunca tienen problema en cuanto se trata de derrochar dinero. 

Estoy terminando de acomodarme frente al espejo que tenemos en nuestra habitación, cuando por este la veo salir del vestidor. 

- Oh dios... - digo asombrado. Me doy la media vuelta para observarla mejor. 

Lleva un hermoso vestido de seda blanco, que llega hasta el piso. Las finas tiras que lo sostienen permiten ver toda la zona de su pecho y sus clavículas marcas. Su cuello esta adornado por un collar de diamantes que le regale nuestro aniversario pasado, con sus aros haciendo juego. Su maquillaje es natural. Y su cabello rubio corto lo tiene peinado todo hacía atrás.

- ¿Te gusta? Lo compre hace unos días. - dice levantando apenas el vestido, dejándome ver una de sus largas piernas que son mi debilidad. 

- Quedémonos, te lo suplico. - digo acercándome a ella. 

Ríe. - No, todas las miradas estarán sobre nosotros, no podemos faltar. - dice tomando el lazo negro que tengo entre mis manos. Levanta el cuello de mi camisa y lo pasa por este. - ¿Cuándo será la vez que en la que te puedas atar tú mismo el moño o la corbata?

- Puedo, pero no quiero. - digo. - Porque me gusta que lo hagas tú... y lo sabes. 

- Ahí tienes otro moño perfecto. - dice cuando termina de acomodarlo. 

Dejo un beso en sus labios. - Eres la mejor. - digo. - Y estás bellísima. - bajo mis manos y levanto su vestido, logrando pasar mis manos por debajo de este y así acariciar su trasero. - Oh vaya... la señora Marshall no lleva ropa interior. 

- ¿Para que ponérmela si de todas formas me la vas a quitar? - dice con su voz seductora. 

Sonrío y con un movimiento la levanto. Ella pone sus manos en mi cara y une nuestros labios en un beso, que cuando empieza a cobrar intensidad, muerde mi labio inferior. El placer comienza a extenderse por todo mi cuerpo al pasar la yema de mis dedos por su suave piel de seda como el vestido que lleva puesto y que ansió tanto de quitárselo, por más que se ve preciosa en el. 

Oímos que tocan la puerta. 

- El auto ya está en la entrada. - dice Rocco. 

- Tendremos que seguir a la vuelta. - me susurra Galadriel. 

- Gal, no me hagas esto. - digo con suplica. 

- Estás perfecto, no dejare que nada se salga de su lugar. 

- Pues, hay algo que no está en su lugar. 

- Baja con los muchachos y ve que estén. - dice. La bajo. - Terminaré de arreglarme, en cinco minutos bajo. - se dirige hacia el tocador. 

Suspiro. - Bueno, pero a la vuelta me dejaras desgarrarte ese vestido.

Ríe. - Amor mío, podrás hacerme lo que quieras. - dice.

- No me gusta compartirte está noche. 

 

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No Puedes Comprar Mi Amor (Mafia Marshall I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora